Pese a las concesiones de México a Trump, este impuso aranceles.

La política arancelaria de Estados Unidos hacia México ha generado incertidumbre, pese a los esfuerzos del gobierno mexicano por cumplir con las demandas estadounidenses en materia de seguridad fronteriza y combate al narcotráfico. El contexto económico global actual, marcado por la inestabilidad en las cadenas de suministro y la inflación, agudiza las tensiones comerciales bilaterales. La imposición de aranceles, incluso después de concesiones significativas por parte de México, plantea interrogantes sobre las verdaderas motivaciones detrás de la estrategia comercial de la administración Trump.

Según la investigación publicada por The New York Times, la administración de Claudia Sheinbaum adoptó medidas significativas solicitadas por el entonces presidente Trump, incluyendo el despliegue de tropas en la frontera y la intensificación de la lucha contra los cárteles de la droga. No obstante, los aranceles entraron en vigor de todas maneras.

Ante la amenaza de la imposición de aranceles por parte de Trump al asumir el cargo, México realizó importantes concesiones para cumplir con sus exigencias. Inmediatamente, el gobierno mexicano actuó para fortalecer su frontera norte, reduciendo drásticamente la migración hacia Estados Unidos. Además, intensificó la persecución de líderes de cárteles en zonas clave para la producción de fentanilo.

En una acción sin precedentes, México entregó a Estados Unidos a 29 de los narcotraficantes más poderosos del país. Esta medida, que implicó una cooperación judicial y de seguridad excepcional, buscaba demostrar el compromiso de México con la lucha contra el crimen organizado transnacional. Sin embargo, estas acciones no evitaron la imposición de aranceles.

A pesar de estos esfuerzos, Trump impuso los aranceles, generando una fuerte sacudida en los mercados globales. La decisión dejó perplejos a funcionarios de ambos países, quienes no entendían el objetivo final de la Casa Blanca. La incertidumbre se centraba en la búsqueda del «endgame» del presidente estadounidense, una interrogante que incluso dividía a sus asesores cercanos.

Mientras algunos asesores externos pronosticaban que los aranceles, que actualmente se sitúan en un 25% sobre la mayoría de las importaciones procedentes de México y Canadá, generarían un flujo constante de ingresos para Estados Unidos, otros sostenían que se trataba de un intento de Trump por alterar el orden mundial y demostrar su poder en el escenario internacional. Algunos analistas sugieren que estas medidas proteccionistas se originan en la visión de Trump sobre los déficits comerciales.

Se cree que el presidente, quien durante décadas ha considerado los déficits comerciales como una crisis, simplemente está cumpliendo una amenaza que había mantenido sobre México durante meses. Al seguir adelante con los aranceles, Trump busca proyectar una imagen de dureza ante los líderes mundiales mientras impulsa su agenda de política exterior en otros puntos críticos globales, como Gaza y Ucrania.