Por: Denesy Palacios Jimenez
“QUE HABLEN DE POLITICA, QUE HABLEN DE LA GRAN TRANSFORMACION, QUE ENGAÑEN A TODO PUEBLO, PORQUE NO TIENEN CORAZON, POLITIC@S MAS DEMAGOG@S Y MENTIROS@S SOLO EN MI SUELO SE HAN VISTO”
En los próximos cinco años, el Perú tendrá la oportunidad de alcanzar un crecimiento económico elevado y sostenido, así como un importante desarrollo social. Esta oportunidad no tiene precedentes en la historia reciente del país.
Los inicios de la república, se vieron ensombrecidos por la deuda externa que tuvimos que pagar los peruanos para liberar a los países de Sudamérica, y es por eso que en el pasado, los breves periodos de crecimiento en el Perú estuvieron con frecuencia acompañados de débiles fundamentos macroeconómicos que condujeron rápidamente a cambios económicos desfavorables,
Hasta ahora, vemos que nuestra economía gira en torno a la explotación de nuestros recursos naturales, llámese agricultura y minería o explotación de guano, caucho, petróleo y/o gas, este tipo de sistema económico limitó las posibilidades de reducir el alto nivel de pobreza en el país.
Pobreza que se recrudece a medida que nos alejamos de la capital o de las grandes ciudades, pues solo se prodigio de servicios a las ciudades donde se establecieron los criollos o los extranjeros y foráneos, quedando la población con mayor rasgos indígenas o mestizos en las zonas alto andinas o amazónicas, donde difícilmente llega la presencia del Estado.
Hoy nuestros gobiernos están más preocupados en el crecimiento macroeconómico, en la deuda pública, en la deuda externa, en el PBI y decimos que la inflación es baja. Las exportaciones, impulsadas por la mayor integración del Perú en la economía mundial y los altos precios de las materias primas, han crecido en forma significativa, con un considerable incremento de las exportaciones no tradicionales, contribuyendo de este modo a una mayor diversificación y oferta de empleo. Sin embargo aquello no es real, la demanda de empleo especialmente para la población joven es cada vez más creciente; la minería se entrega sin mayores condiciones, y pensando más en enriquecer a los lobistas que al gran sector de la población que se perjudican directamente con las explotaciones mineras.
Ello no obstante, existen otros componentes esenciales para el crecimiento sostenido y para la mejora de las condiciones de vida, especialmente de los pobres, que no son lo suficientemente sólidos. Se requieren reformas adicionales para llevar los frutos del crecimiento a la población entera y brindarle protección contra futuros shocks económicos, como los que ya hemos vivido.
La inversión pública y privada en infraestructura —crucial para mantener y acelerar la actividad económica— es muy limitada. La calidad de la mayoría de los servicios públicos es deficiente, especialmente en lo que respecta a la educación básica y la protección social para las poblaciones más vulnerables. Si bien hay algunos focos de excelencia en las instituciones públicas, también existen otras que son débiles e ineficientes. La desigualdad en materia de ingresos sigue siendo alta, y no todas las regiones y segmentos de la población se han beneficiado en la misma medida del crecimiento registrado últimamente. Existen señales alentadoras en el Perú de que está surgiendo un consenso sobre lo que se necesita hacer para fortalecer al país, y eso debe ser desde una visión política, aún no se ha llegado a un acuerdo.
Cada uno de los sectores debe ser impulsado, Se nos dice que el Banco Mundial mantiene su compromiso con el Perú y espera trabajar para ayudarlo a lograr sus metas de desarrollo económico y social en los años venideros, (Pamela Cox, 2006).
Somos una nación de gente talentosa y aguerrida que vive en medio de una enorme riqueza en recursos naturales—una nación que, sin embargo, nunca ha logrado alcanzar o ha estado cerca de alcanzar su verdadero potencial. ¿Tendrá esta vez éxito el Perú? Pocas veces en la historia republicana del país, la transición presidencial tiene lugar en democracia, paz social, rápido crecimiento económico, y mercados mundiales favorables. En otras palabras, nunca ha habido una oportunidad mejor para construir un Perú diferente—más rico, más equitativo y más gobernable, y recientemente vemos que no hay una senda única hacia ese Perú.
Sorprendemente, la sabia población hace que las dos grandes tendencias políticas mundiales, se vayan sintetizando, en las dos opciones políticas, representadas por dos mujeres peruanas jóvenes, y que significaría un gran avance en la toma de conciencia ciudadana, en la lucha contra la corrupción enquistada en todos los niveles, pero sobre todo en el gran reto que debemos cumplir cada uno de los peruanos y peruanas, para poder lograr la gran transformación del Perú, y, deberá surgir de un debate nacional amplio y participativo, y de una visión concebida por y para los peruanos y peruanas
Gracias y Buenos días
(*) Profesora Principal Facultad de Ciencias Sociales – UNHEVAL