Ayer, en una larga jornada en el Congreso de la República, se debatió el pedido de confianza al gabinete Bellido.
El premier inició su alocución en el idioma quechua, hasta que la presidente del Congreso le llamó la atención. Cabe recalcar que el 90% de los congresistas, incluido la mayoría de Perú Libre, son de habla española y no hablan quechua.
Por otro lado, el quechua es herencia de nuestros antepasados y es parte de esa cultura de la cual nos sentimos orgullosos. El congreso debería de tener un traductor de quechua a castellano para evitar inconvenientes o malentendidos.
Regresando al discurso de Bellido, realmente fue más de lo mismo. Bastante improvisado, lleno de populismo, sin metas claras y objetivos a corto plazo, etc.
Señaló que reorganizará el sistema de salud pública, unificando y haciéndolo de manera gratuita. Sin embargo, no hizo mayor hincapié en el tema de la lucha contra la pandemia.
Bellido también dijo que va a respetar la libertad de expresión y emulando a Túpac Amaru II, expresó que, aún en riesgo de ser descuartizado, va a mantener su criterio de gobernabilidad.
Informó que presentarán un proyecto de ley para que el Banco de la Nación otorgue créditos y ofrezca todos los servicios, incluidos los servicios que otorga la banca privada.
Asimismo, ofreció aumentar el presupuesto de Agrobanco, para entregar mayores créditos a los agricultores. Ofreció cadena perpetua para los corruptos. También, un subsidio complementario que beneficiará a 14.4 millones de ciudadanos.
En resumen, una lluvia de ofrecimientos económicos, para enamorar a la población, pero no se insinuó como se generarían estos fondos, o de donde se tomarían.
Hablamos de miles de millones de soles que, si bien nuestro país los tiene en erario nacional, no se trata solo de gastar el dinero del Estado irresponsablemente. Recordemos que nuestra cultura es informal, la informalidad empresarial ha crecido con la pandemia. En conclusión, sin el apoyo a la minería, la pregunta es, ¿De dónde saldrían esos recursos?
