Pareja fue sentenciada a cadena perpetua por violación sexual

Madre no hizo nada para evitar que padrastro abusara de su hija

Viviano Aponte Huamán (58) fue sentenciado a cadena perpetua, tras ser hallado culpable del delito contra la libertad sexual, en la modalidad de violación sexual, en agravio de su hijastra de solo 12 años. 

Igual pena recibió Leonarda Gómez Lino, madre de la víctima, como cómplice primario del abuso que sufrió su hija de su propia sangre. 

Según la acusación realizada por la magistrada Gavi Hilario Calixto, de la Primera Fiscalía Provincial de Leoncio Prado, el sujeto primero realizó tocamientos indebidos a la menor hasta en tres oportunidades en el año 2020.

En cámara Gessell, la menor narró que el día del abuso sexual ella estaba junto a su madre, en el segundo piso de la vivienda, sin embargo, su progenitora la obligó a bajar al primer piso donde se encontraba su padrastro, indicándole que él la curaría.

La fiscal resaltó al juez que durante el abuso la menor había solicitado auxilio, sin embargo, su madre, que continuaba en el segundo piso, no hizo nada para defenderla. 

Asimismo, el Ministerio Público señaló que la mujer además tenía conocimiento de los tocamientos indebidos que su pareja le realizaba a la niña.  

 

Después del abuso sexual, el sujeto habría golpeado a la menor por demorarse en la bodega. Por lo que decidió huir de su casa y contar a sus vecinos lo que venía padeciendo en su hogar. 

De esta forma, los pobladores informaron lo sucedido a la Policía de Cayumba. Quien intervino de inmediato y detuvo al agresor sexual y a su cómplice. Asimismo, la fiscalía intervino de oficio.   

Tras las investigaciones preliminares, el fiscal solicitó prisión preventiva del padrastro, pedido que fue declarado fundado por el juez en noviembre del 2020, desde entonces se encuentra recluido en el centro penitenciario de la jurisdicción.   

Ante los elementos probatorios que incriminan al padrastro y la madre de la menor en el delito de violación sexual contra una menor de edad, el Juzgado Penal Colegiado Supraprovincial de Leoncio Prado los condenó a morir en la cárcel.