Alberto Otárola, exjefe del gabinete peruano, denunció una supuesta red de extorsión operando desde dentro del Gobierno y vinculada a cercanos a la presidenta Dina Boluarte. En declaraciones recientes, Otárola aseguró que el ministro de Educación, Morgan Quero, y Nicanor Boluarte, hermano de la presidenta, forman parte de esta estructura que, afirmó, busca controlar ciertos sectores del Estado. Otárola también arremetió contra Eduardo Arana, actual ministro de Justicia, a quien calificó como el “premier en la sombra” debido a su influencia en el Ejecutivo.
Esta denuncia salió a la luz luego de que Yazire Pinedo, contadora y expareja de Otárola, revelara en una entrevista detalles de su relación y afirmara que había sido presionada y amenazada. En respuesta, Otárola alegó que Pinedo es parte de un entramado de chantaje dedicado a grabar conversaciones privadas para manipular y extorsionar a figuras políticas, y afirmó que ya presentó esta información a la Fiscalía. “Toda esa información la tiene la Fiscalía”, aseguró el exministro, quien insiste en que fue víctima de un intento de chantaje que involucra a varios actores. Según el reporte de Infobae por Luis Paucar.
Un ‘operativo’ de grabaciones y amenazas
Otárola asegura que Pinedo y otros colaboradores han utilizado grabaciones y amenazas para manipular a figuras clave del Gobierno. Según explicó en una entrevista, el exministro señaló que la trama de extorsión fue impulsada por la empresaria Karelim López y el exfuncionario de Cofopri, César Figueredo, además de contar con la colaboración del empresario Zamir Villaverde, quien se ha presentado como “colaborador eficaz” en otros casos. Otárola mencionó que estas prácticas buscaban desestabilizar a quienes actuaban “con independencia” dentro del Ejecutivo.
Otárola también afirmó que fue extorsionado directamente por Quero, quien presuntamente lo visitó en su domicilio para mostrarle un video comprometedor en el que aparecía el exministro, y lo instó a renunciar. Otárola recuerda que en ese momento casi “lo saca a empujones” y describió la situación como una estrategia para apartarlo del entorno de Boluarte, una “mafia” que, en sus palabras, intenta dominar el rumbo político del país.
El rol de Eduardo Arana: ‘premier en la sombra’
El exjefe de gabinete acusa al ministro de Justicia, Eduardo Arana, de ser un “premier en la sombra” que mueve los hilos en el gabinete. Según Otárola, Arana ha sido instrumental en difundir rumores y versiones falsas que han desprestigiado su imagen. Uno de los casos más sonados, según Otárola, es el del ‘Rolexgate’, un escándalo relacionado con la compra de costosos relojes que, presuntamente, involucraba a personas del entorno de la presidenta. Otárola señaló que las acusaciones fueron fabricadas por Quero y Nicanor Boluarte, con el propósito de marginarlo.
“Desde el día uno se me acusó de la filtración de los Rolex, pero la han convencido a la presidenta este grupo que la ha aislado que yo soy malo”, expresó el exfuncionario, quien asegura que existe un “tinglado” orquestado desde el Ejecutivo que está detrás de estos ataques sistemáticos. Con esta revelación, Otárola no solo apunta a desenmascarar a sus detractores, sino también a denunciar una estructura de poder paralelo que, según él, ha afectado la estabilidad del Gobierno.
Un historial de contratos y privilegios
Las acusaciones de Otárola contra Yazire Pinedo también están ligadas a los beneficios laborales que ella habría recibido mientras mantuvo vínculos con el Ejecutivo. La contadora obtuvo contratos y órdenes de servicio en diversas instituciones estatales que suman aproximadamente 85,000 soles, muchos de los cuales se habrían otorgado sin el mérito ni la experiencia necesarios. Otárola asegura que estos contratos son evidencia del abuso y manipulación que caracteriza al grupo de extorsión. En su defensa, Pinedo afirmó haber sido presionada para manipular la versión de los hechos, situación que Otárola niega.
El distanciamiento entre Otárola y Boluarte
Otárola lamentó el aislamiento que, según él, ha vivido la presidenta Boluarte debido a la influencia de este grupo, que ha logrado distanciarla de sus colaboradores más leales. Aseguró que la presidenta ha cometido errores al rodearse de personas que solo buscan intereses personales y que están dispuestas a difamar a cualquiera que perciban como una amenaza para su control. “Existe un grupo que, desde el Gobierno, está impulsando cosas un poco extrañas contra mí o contra quienes hemos tratado de trabajar con independencia”, expresó.
En sus declaraciones, Otárola también mostró su decepción hacia su sucesor en el cargo, Gustavo Adrianzén, quien, según él, ha mantenido una postura fría y distante desde que asumió el cargo de primer ministro. Otárola afirmó que Adrianzén ni siquiera le ha extendido un saludo cordial, interpretando su actitud como parte del mismo plan para desacreditarlo.
El Ministerio Público en la mira
Otárola ha solicitado formalmente al Ministerio Público que tome cartas en el asunto e investigue a fondo las actividades de esta presunta red de extorsión en el Gobierno. Insiste en que los ataques que ha recibido no solo dañan su reputación, sino que también afectan el funcionamiento del Ejecutivo y la relación entre el presidente y sus ministros. “He sido víctima de una extorsión, y exijo que el Ministerio Público tome acción”, dijo, mientras reiteraba su disposición a colaborar con las autoridades en esta investigación.
El caso ha generado una ola de reacciones en el ámbito político peruano, con voces a favor y en contra de las declaraciones de Otárola. Mientras el Ministerio Público evalúa la situación, estas acusaciones podrían destapar otros actos de corrupción en el entorno del Gobierno, en un momento en que el país vive una fuerte crisis de credibilidad política.