Obras inconclusas

El sistema del Estado tiene muchas deficiencias y lo más lamentable e indignante es que muchas de estas fueron “creadas” adrede con la intención de beneficiarse de alguna forma. La corrupción, es triste reconocerlo, se incrementó exponencialmente con nuestros exgobernantes de Estado, como Fujimori, Alan García, Toledo y Ollanta, con quienes la corrupción fue una práctica tan común como respirar.
Además de eso, como la mayoría de políticos son improvisados y con ninguna preparación académica y moral, lo primero que hacen cuando llegan al poder es robar la mayor cantidad de dinero del Estado, sino preguntémosle a la “dupla dinámica”.
Ahora bien, no todo es culpa de las autoridades, los empresarios tienen su gran cuota de responsabilidad. Normalmente, los mayores presupuestos son destinados para obras esenciales, como carreteras y otras, que son las más buscadas por los empresarios. En nuestro Huánuco, a pesar de que las instituciones públicas no cuentan con un presupuesto muy alto, y siempre se quejan de no tener dinero para cumplir con las necesidades del pueblo, irónicamente siguen apostando por empresarios cabeceadores los cuales no cumplen con sus compromisos formales con el Estado. Por decir, en algunos casos se sigue contratando a empresas que han realizado pésimos servicios, proveído malas obras, o peor aún, sin concluirlas. A pesar de esto, los siguen contratando. ¿Cuándo tendremos más identidad con nuestro departamento?
Las denuncias de corrupción siguen aumentando en los funcionarios del Estado de forma exponencial; sin embargo, cuando se trata de encontrar a los responsables, sucede todo lo contrario. Necesitamos cambios urgentes en el sistema estatal.