Los 30 niños de 3, 4 y 5 años de la institución educativa inicial n.° 223 de Colpa Baja, a 10 minutos de Huánuco, hoy no podrán iniciar un buen año escolar porque su nueva infraestructura aún no se culmina lo que obliga a la profesora realizar clases en un ambiente prestado de 3 metros cuadrados, sin baños, ni espacio recreativo.
Hoy, los niños comenzarán a estudiar hacinados en un solo salón que les prestó un padre de familia pero que carece de servicios higiénicos y cerca de donde se crían animales domésticos. Preocupados, la directora Inés Domínguez Merino y los padres de familia solicitaron al Gorehco que les entregue un ambiente de la nueva construcción para que estudien sus hijos lo que es imposible hasta que la obra sea entregada a la entidad.
Domínguez señaló que la obra se inició en setiembre, con un plazo de ejecución de 120 días, pero no se acaba por diversas deficiencias por ausencia del ingeniero residente y los trabajadores que llegan a realizar los acabados a la hora que quieren cuando los niños necesitan sus nuevas aulas.
La obra tiene otro problema, los juegos recreativos son peligrosos porque los fierros son muy gruesos para las manos de los niños de 3 años y porque el piso donde fueron soldados es de concreto. “Los niños no pueden jugar ahí porque en cualquier momento se caen y se golpean en el cemento”, advirtió la directora.
La obra está a cargo del Consorcio Tahuantinsuyo que no ha corregido estas observaciones que realizó en febrero la directora antes de que sean ensamblados. Domínguez dijo que el residente, la supervisora y el subgerente de Obras se coludieron para no corregir estas observaciones que ponen en peligro a los niños. “Los niños no tienen por qué sufrir los problemas de la obra, se tiene que solucionar”, exigió.
La directora y los padres también fueron a la Ugel Huánuco a pedir un docente más porque una sola profesora no se abastece para atender a 30 niños. “En estas condiciones, ¿cómo vamos a hablar de buen inicio del año escolar?”, lamentó.