El conflicto entre Israel y Hezbollah se intensificó en la madrugada de este domingo, cuando el grupo armado libanés lanzó más de 320 cohetes y varios drones contra 11 bases militares israelíes. Este ataque, que Hezbollah declaró como «completado y logrado por hoy», fue en represalia por el asesinato de su segundo al mando el mes pasado.
En respuesta, el ejército israelí lanzó un ataque preventivo contra «objetivos terroristas en Líbano», lo que provocó la muerte de al menos tres personas, según el Ministerio de Salud Pública de Líbano. Ante esta situación, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, declaró el estado de emergencia militar.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó que la ofensiva de la madrugada «no es el final de la historia» y aseguró que la defensa aérea israelí interceptó todos los drones lanzados por Hezbollah hacia el centro de Israel.
Hezbollah, por su parte, indicó que el ataque de hoy se enmarca en una operación mayor que «se prolongará por un tiempo». Este grupo armado proiraní afirmó que la primera fase de su ofensiva «ha terminado con un éxito total», señalando que los ataques facilitaron el paso de drones hacia objetivos dentro de Israel.
La situación sigue siendo tensa, y ambos lados mantienen una postura beligerante, lo que augura una posible escalada en los próximos días.