Nada mejor que música para inspirarse y concentrarse

Las eternas jornadas laborales pueden complicarse a la hora de mantener la concentración, y, si la estamos llevando adelante con la modalidad de home office, en donde estamos expuestos a muchísimos estímulos o situaciones que pueden captar fácilmente nuestra atención, esta situación seguramente se tornará aún más difícil de mantener.

Estamos en un momento social y tecnológico en donde la sobreexposición y la sobreestimulación a grandes cantidades de información es una moneda corriente. Nos acostumbramos a consumir muchas cosas al mismo tiempo, pero prestándoles muy poca atención. Entonces, ¿cómo vamos a esperar que podamos llevar adelante por mucho tiempo algo tan estático como trabajar o estudiar?

Hemos probado mil cosas para contrarrestar esta dispersión. Desde silencio total, apagar el móvil, desconectar la tv y otra larga lista de acciones, sin tener mucho éxito. Sólo basta para que pase una mosca, para que nuestra mente se vaya con ella. Lo único que nos ha facilitado un poco el trabajo, es la música.

El mejor invento de la historia

Bendito sea aquel que descubrió como unir sonidos y desarrollar esta maravilla del cielo, capaz de hacernos sentir cualquier cosa con sólo cerrar los ojos y prestarle un poco de atención. Tiene la capacidad de transportarnos a otros momentos de nuestra vida, lugares y hasta traernos a la mente a aquellos que tal vez ya no estén.

Es muy difícil conocer a alguien que no le guste la música, de hecho, nosotros no conocemos a nadie. En cambio, apostamos a que la mayoría tuvimos el sueño de poder vivir de ella, realizamos conciertos imaginarios en la ducha y divagamos con la idea de conocer el mundo con nuestra banda de rock.

Puede que, con el tiempo, estas fantasías se hayan ido desvaneciendo, pero la presencia de la música en nuestras vidas es y será permanente. Sólo basta con pensar cuantos momentos de nuestro día están acompañados por ella, aunque sea solo de fondo.

Pero nunca es tarde para cumplir sueños. Estudiar algo relacionado con la música puede generarnos trabajo. No importa la edad que tengamos, hoy por hoy, existen muchos cursos de música que nos pueden enseñar a usar herramientas de edición, producción o hasta de manejo de algún instrumento, como la guitarra o el piano.

Estos momentos en donde todo pasa por la tecnología y que tenemos acceso a muchas capacitaciones, sin necesidad de movernos de casa, se convirtieron en una excelente oportunidad para desarrollarnos. Quien sabe, quizá estudiar algo de aquello que siempre disfrutamos, pueda brindarnos una buena salida laboral para tener un ingreso extra.

Tipos de música para cada momento del día

Lo más mágico de todo esto, es que podemos encontrar una musicalización ideal para cada momento de nuestras vidas. Hay canciones ideales para llorar, otras para pasar rato con amigos, para esperar, para cenar, ¡para todo! Y con el tiempo aprendimos a identificarla y a guardarla en largas horas de playlist, prolijamente ordenadas y clasificadas.

Y así como hay un tema o género musical para cada momento de nuestras vidas, también lo hay para concentrarnos. Por supuesto que no será la misma música con la que nos movemos en las pistas de baile, con aquella que cantamos bajo el agua de la ducha. Es más, no será similar a casi ninguna pista que escuchemos en cualquier otra situación cotidiana.

Por lo general, las melodías que se recomiendan para estos momentos de concentración, son más instrumentales, sin letra, y hasta cíclica. Esto significa que mantiene siempre la misa línea melódica que se repite una y otra vez. Claro que, si lo pensamos así, es una idea súper aburrida y si, el fin es que no llame tu atención y pueda estar de fondo ayudándonos a enfocarnos.

Por qué estudiar o trabajar con música es buena idea

Si aún no lo hemos probado, es mejor que no perdamos más tiempo. Si bien cada persona es un mundo y no a todos les funciona de la misma forma, está comprobado que, si al realizar alguna actividad que conlleve tiempo de concentración, se hace con música de fondo, uno puede enfocarse por más tiempo en lo que está haciendo.

La música, en estos casos funciona como una especie de aislante que nos separa de lo que ocurre a nuestro alrededor. Además, esta estimula algunas partes del lóbulo prefrontal del cerebro, que está relacionado con la satisfacción, la atención y la concentración, y que ayuda a las capacidades del lenguaje y la matemática. A que ahora todo tiene un poco más de lógica, ¿no?

Pero no sólo eso, nuestro cuerpo se acopla a la canción. Terminamos asimilándola y casi no sintiéndola allí. Nuestro ritmo cardíaco se sincroniza al de la música que estamos escuchando. Esto se relaciona con la relajación, por eso, siempre es recomendable optar por música lenta, sin cambios de ritmo, que se mantenga en las mismas tonalidades, para que el cuerpo se mimetice.

Por todo esto, lo que recomendamos es que, a la hora de buscar esa melodía para poder concentrarse, tengamos en cuenta los siguientes tips:

  1. Debe ser tranquila.
  2. Una buena opción es optar por música ambiental y que nunca tenga letra.
  3. Debe estar en un volúmen medianamente bajo.
  4. Trata de optar por pistas largas o listas de reproducción continuadas, evitando los cortes bruscos o la necesidad de ponernos a buscar la siguiente.
  5. Evitar la radio o los espacios con publicidad, cortarán todo el ambiente que podamos haber creado.
  6. La música clásica o los sonidos de la naturaleza también pueden ser una buena idea.

El efecto Mozart

Si queremos ir un poco más lejos con la experiencia, Mozart es la solución. Algunos investigadores sostienen que el compositor consiguió crear efectos psicológicos positivos con sus melodías. Seguramente hemos escuchado, o hemos conocido a alguna persona que le ponga esta música clásica a su bebé. Es que esta teoría asegura que hacerlo, fomenta el desarrollo de su inteligencia.

El nombre se debe a que la mayoría de los estudios se realizaron con obras de este artista, como el concierto de violón Nº3 en Sol mayor K.216, que dura, ni más ni menos que 20 minutos. Pero, se dice que toda la música clásica mejora la secreción de dopamina, la neurotransmisión sináptica y disminuye la neurodegeración.

Y si bien no es una teoría que pudo demostrarse a ciencia cierta, la realidad es que, para estudiar, trabajar y concentrarse, la música clásica es ideal. No es lenta, tampoco es un rock and roll, pero si es lo suficientemente rápida como para incentivarte a llevar un ritmo de producción o estudio bastante bueno.

Lo que, si se ha demostrado, es la música tiene efectos en la psiquis de las personas. Y de ahí se sustentan profesiones como la musicoterapia.

La música como respuesta a todo

Hacer música y escucharla sana el alma y el cuerpo. Por eso, incorporar actividades relacionadas con ella, no harán más que brindarnos beneficios y a sea para estudiar, hacer ejercicio, trabajar leer, o hasta para pasar el rato. Confianza, relajación, placer, concentración, euforia, tranquilidad, son sólo algunas de las sensaciones que podrá hacernos vivir.

Entonces, ¿qué es lo que nos impide usarla en cada aspecto de nuestras vidas? Sólo necesitamos encontrar la indicada y dejarnos llevar.