El ministro de Defensa, Walter Astudillo, se pronunció acerca de las medidas que el Gobierno está implementando para combatir la creciente ola de criminalidad en el país. En particular, destacó la reciente declaratoria de estado de emergencia en diversos distritos, medida adoptada en respuesta al aumento de la violencia y la delincuencia en zonas críticas. Astudillo dejó claro que, aunque esta estrategia es necesaria para enfrentar el problema de manera inmediata, no debe ser vista como una solución a largo plazo.
Durante su intervención, el ministro subrayó que el estado de emergencia es una herramienta temporal que permite a las autoridades actuar con mayor eficacia en situaciones de emergencia. «No podemos ver esto como una solución definitiva. El estado de emergencia es una medida de corto plazo que facilita la intervención rápida de las fuerzas del orden, pero no resuelve las causas estructurales de la inseguridad», declaró Astudillo. Asimismo, explicó que esta acción está diseñada para responder a momentos críticos, en los que se necesita una respuesta inmediata para restablecer el orden.
Astudillo también detalló cómo esta medida ha permitido una mejor coordinación entre la Policía Nacional del Perú (PNP) y las Fuerzas Armadas, quienes ahora pueden intervenir en operaciones de apoyo en las zonas más afectadas. La participación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad ciudadana ha sido una de las principales características del estado de emergencia, permitiendo enfrentar situaciones de alta peligrosidad con más recursos. «La colaboración entre nuestras fuerzas es vital en este tipo de escenarios, pero debe ser vista como algo temporal», insistió.
Sin embargo, el ministro fue claro al señalar que el estado de emergencia debe ser considerado un recurso excepcional y no una política permanente. «Debemos evitar normalizar esta medida. El estado de emergencia es para situaciones puntuales; si se prolonga demasiado, corremos el riesgo de debilitar otras estrategias fundamentales para la seguridad», explicó. Esta declaración pone en evidencia la necesidad de buscar soluciones que vayan más allá de la intervención militar en las calles.
En cuanto a la capacidad operativa que brinda el estado de emergencia, Astudillo indicó que las fuerzas del orden pueden actuar con mayor rapidez y contundencia en momentos críticos, como operativos sorpresa y control de disturbios. No obstante, reiteró que su aplicación no debe extenderse indefinidamente, ya que podría generar una dependencia excesiva de las fuerzas armadas en la gestión de la seguridad interna. Además, subrayó la importancia de no generalizar su uso a todo el país, sino limitarlo a las zonas donde es realmente necesario.
Finalmente, el ministro de Defensa insistió en que la lucha contra la delincuencia requiere un enfoque coordinado y multifacético, más allá de las medidas de emergencia. Afirmó que, para lograr avances duraderos, es crucial implementar políticas de largo plazo que refuercen el sistema de seguridad del país, con inversiones en educación, empleo y desarrollo social que ataquen las raíces del problema. «El éxito en esta tarea depende de las acciones que tomemos hoy, pero también de las decisiones estratégicas que nos permitan construir un país más seguro en el futuro», concluyó Astudillo.