El doctor Jesús Valverde, presidente de la Sociedad Peruana de Medicina Intensiva, se emocionó hasta las lágrimas tras recibir la primera dosis de la vacuna de Sinopharm contra el COVID-19.
“Ha sido muy duro cambiar una rutina de vida que tenía, tener cerca de 450 horas fuera de casa al mes es distinto. Mi esposa y mis hijas han padecido el alejamiento mío, pero siempre me han apoyado desde el lugar en el que he estado trabajado. Ha sido un aliento”, comentó
“La emoción embarga, pero es felicidad también. Hay mucha emoción en esto, no solo la mía sino del personal que viene haciendo la guardia. La familia ha sufrido durante mucho tiempo y hoy hay una sonrisa por delante”, añadió, tras confesar que no ve a sus padres en más de un año.
El médico intensivista resaltó que esta inoculación permitirá al gremio poder trabajar más tranquilo en la primera línea de lucha contra la pandemia, aunque consideró que no se puede bajar la guardia ante esta mortal enfermedad.
“Definitivamente, nos va a dar mucha seguridad para trabajar con nuestros pacientes y también sirve de acercamiento a nuestras familias, de los que hemos estado alejados muchísimo tiempo. Nos da una tremenda seguridad para seguir combatiendo esta pandemia”, comentó.
“Una situación de desastre”
Valverde se mostró a favor de que se declare en el país el estado de catástrofe nacional sanitaria, ante la grave situación que se vive en los hospitales del país, desbordados de pacientes del COVID-19.
“Hemos visto que nuestros hospitales no están en la capacidad de responder. En muchos hospitales se está restringiendo la emergencia por horas. Estamos viviendo una situación de desastre en el país”, manifestó.
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