Según el Sistema Nacional de Defunciones (Sinadef), el 13% de las muertes sospechosas por COVID-19 se dieron dentro de las viviendas. Esto fue confirmado por Óscar Ugarte, ministro de Salud, en su reciente presentación ante el Congreso, donde detalló que las defunciones extrahospitalarias suman casi 13 000. “Hay un 13% que muere en el domicilio y (la cifra) está creciendo. Esto es fundamental para explicar por qué las estrategias que se van a priorizar serán en el primer nivel de atención”, resaltó.
Para la Defensoría del Pueblo, además de intervenir en el primer nivel de atención, se debe supervisar el colapso del tercer nivel, el de los hospitales, pues es en ellos donde les cierran las puertas a los pacientes. “A diario vemos casos de pacientes que cuando no reciben atención en los hospitales deben volver a casa, pero no debemos normalizar esta situación. Ellos tienen un derecho de que si no pueden recibir atención en un hospital deben derivarse a otro”, dice la adjunta Alicia Abanto.
La casa como un hospital
“No pensé que podía afectarlos tanto. Pero la saturación de mi papá bajaba cada vez más”, cuenta Ashley Izaguirre, quien asegura que en un primer momento sí pensó en trasladarlo a un hospital. Sin embargo, sus otras dos hermanas, Diana y Joaquina, se opusieron por el miedo a no saber si los volverían a ver.
Según Miguel Palacios, decano del Colegio Médico, este miedo se origina porque “saben que no hay oxígeno o que no podrán recibir atención en los hospitales, por eso cada vez más personas convierten sus cuartos en hospitales”. No obstante, advierte que es necesario siempre contar con un personal médico.
En las regiones
A nivel nacional, la curva de fallecidos en domicilios va en aumento, alerta el analista de datos Juan Carbajal, de Open Covid Perú. “Como en la primera ola, los fallecimientos en los domicilios van en aumento. Aunque aún no hemos alcanzado los picos de 10 000 fallecidos por mes, actualmente vamos en 8000 y en estas dos últimas semanas la diferencia entre una y otra se ha reducido”. Y pide observar las regiones porque el problema ahí es mayor.
En Lima, Callao, Loreto, San Martín, Huancavelica y Puno cada vez mueren más personas en sus casas. Por ejemplo, en la capital, antes de la pandemia, unas mil personas morían en su domicilio, pero con el COVID-19 se llegó a un pico máximo de 4.400. Y en lo que va de febrero, ya se reportan 3516 decesos. En tanto, en Loreto, después de varios meses de pausa, en enero las muertes aumentaron a 90 y este mes, a 99. “Las dos regiones en donde las muertes en domicilio han sido mayor que en los centros de salud son Huancavelica y Puno, y desde setiembre se percibe algo similar en San Martín, por lo que sería importante investigar las razones, tal vez por falta de acceso a un hospital o lejanía”, indica.
Aunque hace un par de días el Gobierno indicó que se registra un leve descenso en los indicadores, el analista pide “tomar con pinzas esa percepción porque lo mismo pasó en la primera ola”.
Piden campaña para que no se automediquen
El decano del CMP, Miguel Palacios, advierte que no se debe cuidar a los pacientes en casa sin un profesional médico, porque incurrirían en la automedicación. “Qué antibiótico darle, cuánto de oxígeno colocarle. Eso debe supervisarse”. Por ello pide la intervención del Minsa para iniciar una campaña y registrar a los pacientes que se encuentran atendidos en sus casas. “El Gobierno no puede mirar para otro lado, las muertes en casas van en aumento”.
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