Por: Iraldia Loyola
La décima es una de las pocas expresiones poéticas con más de cuatro siglos de historia. Nació en España y luego viajó a América Latina, donde se arraigó con fuerza y con su propia identidad.
Hace tres décadas, Huánuco vio nacer una estrella como María Haydeé Guerra, hoy el Perú la ve brillar en lo más alto del firmamento.
En este mes, además de presentarnos su libro “Travesía”, Maria Haydeé nos permite conocer detalles de lo que será su participación en España.
Del 23 al 31 de julio, la cantante, versadora e improvisadora se presentará en el XXI Festival Internacional de Cante de Poetas de Málaga y en el XVII Encuentro Internacional de Improvisadores por el casco viejo de Corralejo en Islas Canarias (España). Aquí la entrevista.
¿Cómo fue tu primer encuentro con las décimas y la poesía?
Fue como el de muchos niños, niñas y adolescentes de Iberoamérica: en los cursos de comunicaciones del colegio. Allí vemos todas las estructuras, pero no logramos identificarnos con ninguna en particular y tal vez no le ponemos el énfasis o el vicio a algunas de ellas. Fue ya en la universidad, en el primer cumpleaños de Chalena Vásquez (al que me invitó) donde conocí la décima y también a los maestros como César Huapaya, que se convirtió en mi maestro y me orientó en términos técnicos y estilísticos.
En el camino conoces a Chalena Vásquez, quien te impulsa a conocer ¿Qué experiencias guardas de esas épocas?
Chale ha sido muy importante en mi vida y en la vida de muchas personas, músicos en formación y profesionales del Perú y el mundo. La conocí en mi segundo año como alumna de la PUCP. En ese momento era parte de la selección de Tae Kwon Do de la universidad y un compañero (Aldo García, guitarrista) me habló del CEMDUC y decidí postular al conjunto andino-amazónico. Postulé con música huanuqueña como cantante y violinista. Durante mi periodo de “prueba” la conocí y allí comenzó esa cercanía de sentirla como maestra y como amiga. Gracias a ella comencé a desarrollarme profesionalmente en este espacio poético-musical, en un entorno en el que mujeres fuertes como ella ya habían caminado y alcanzado para compartirlo con nosotras.
Has representado al país en diferentes encuentros ¿siendo las formas tan diversas, como ha sido ese intercambio cultural con otros países?
Sí, hasta el momento en México, Cuba y Chile. El intercambio se da de manera natural porque todos manejamos las mismas estructuras sea la décima, la copla, la cuarteta, la redondilla, la seguidilla u otras estructuras que vienen de la tradición española y que se han afincado a cada uno de los pueblos y tradiciones con sus músicas. Las diferencias entre prácticas son las denominaciones, entonación, forma de uso y la dinámica sociocultural en la que se en la que se ejecutan. Es muy enriquecedor como práctica cultural y como intercambio de saberes entre principiantes y profesionales, llevando nuestras tradiciones de poesía y músicas del mundo.
Si nos remitimos a Huánuco, ¿podemos considerar a la décima como parte de su historia?
Sí claro. Hoy sigue siendo parte de la historia. En décima los pueblos han narrado escenas de la conquista, de la rebelión y tenemos históricamente a Gabriel Aguilar y Narvarte, Marcos Duránd Martel, luego al maestro Edmundo Panay Lazo y yo que me he sumado a esta lista de cultores. En las palabras de quienes la hacemos están también nuestras miradas, nuestros lugares, nuestra tierra, su gente y su voz.
¿Qué significa la décima para ti?
Para mí la décima es una forma de expresión en la que encontré la comodidad de decir las cosas (a pesar de que puede parecer una estructura rígida por sus reglas métricas y estilísticas). Libertad de decir, de opinar y de comunicar, ya sea escribiendo con tiempo y correcciones o como improvisadora, dándole al viento los sentimientos, preocupaciones e ideas.
Eres una de las culturas jóvenes de la décima en nuestro país. ¿Cuáles son los retos en estos tiempos?
Tengo la suerte, la dicha de que me hayan permitido heredar está tradición, por el gusto de insertarme en ella al encontrarla y que me adopte como una de sus culturas. En Perú somos muy pocos improvisadores en general y jóvenes menos. Los retos son muchos: cuidar las tradiciones no con la rigidez sino con el conocimiento, respeto y compromiso por sus orígenes y a partir de allí permitirnos crear y resignificar las propuestas. Usar nuestra voz y el poder de la palabra para abordar temáticas distintas desde nuestros valores y consideraciones (políticas, religiosas, estéticas, humanas, etc.) cada quien, desde su quehacer, aportando a las sociedades desde el diálogo y la cultura de paz.
Hoy, nos presentas “Travesía” ¿Qué te impulsó a escribir este libro?
Comenzó a formarse hace unos años y lo publicamos en el contexto de confinamiento social en formato totalmente virtual. Ahora la intención es presentarlo en Huánuco que es la tierra que ha inspirado gran parte del libro con sus lugares, personas y memorias. Además, tengo el compromiso de no sólo tener el verso como práctica artística, sino compartirlo, difundirlo e invitar a las nuevas generaciones a sumarse a este vicio. Gracias a las conexiones de internet tendremos invitados de Lima, México y España. Ellos son conocedores y colegas que han sido parte del proceso del libro, que es un decimario, un recorrido imaginario y metafórico en una casa colonial que concluye en un resumen de lo que fue mi tesis de grado para la licenciatura en música sobre el canto de la décima en el Perú.
En los próximos días representarás al Perú en dos festivales importantes en España. Háblanos de tu presentación en estos eventos importantes
Sí estaré participando en Islas Canarias y en Málaga, representando al Perú por primera vez en la península y compartiremos escenario con improvisadores profesionales de Cuba, Colombia, Puerto Rico, Panamá y toda la península ibérica. Mostraremos nuestras tradiciones de músicas y poesías. Esos son los dos principales eventos, pero también tendremos mesas y ponencias alternas en las que podré mostrar también el trabajo de investigación y producción huanuqueña “Entre tus Brazos”. En la guitarra de uno de los festivales me acompañará el compositor y guitarrista cusqueño Emilio Vucetich, ambos representaremos al Perú y al proyecto Rima que Rima por primera vez en estos escenarios.
Finalmente, ¿qué reflexiones nos dejas?
A través del proyecto Rima que Rima venimos trabajando en la formación de niños y jóvenes. Me parece muy importante que todos conozcamos nuestras raíces y a partir de ello creamos nuestra propuesta. Allí radica también el compromiso de artistas y ciudadanos impulsando éticas personales y colectivas que aporten al desarrollo social y a la identidad regional y nacional.