Malos Tiempos (1986) es el libro inaugural de la narrativa de Samuel Cárdich, que, junto a Mario Malpartida y Andrés Cloud, conforma el denominado trío Tres en Raya. Apareció hace treintitrés años, cuando el Perú se desangraba por la subversión y la respuesta violenta del Estado. Hacía un año que Alan García gobernaba el Perú, con 37 años; Samuel Cárdich tenía 39. Ese mismos 1986 aparece Hora de silencio, poemario que inaugura una larga colección de libros de poesía reunida en Mudanza.
A juzgar por el título, los personajes, las historias y las circunstancias están signados por “malos tiempos” que les da dos opciones: hacer algo para salir del atolladero o dejarse devorar por la desgracia y sucumbir ante la muerte y la pobreza. Criollita tiene que tomar una decisión crucial para que su hija Crisálida vaya al Vergel del Amor, un prostíbulo lujoso para dar servicios sexuales a clientes exclusivos; quien escribe la carta poderosa gozará de fortuna; las religiosas de un orfanato son la tabla de salvación de una niña abandonada totalmente; El ángel de Pomacucho asciende hasta la cima de la veneración popular, pero cae estrepitosamente; un niño dirige el curso del río para destruir la casona del abusivo del pueblo; en Recuento una secretaria se ve involucrada con el narcotráfico para ser utilizada como burrier; se niega, pero logra salir del embrollo.
La carta poderosa es un libelo demoledor en contra de la mala devoción religiosa, una furiosa condena a los horrores ortográfica en la redacción, el rosario de sandeces mayúsculas y la absurda ingenuidad de creyentes que justifican las desgracia de los desobedientes o recompensa de los fieles cumplidores. El primer párrafo es una clara extorsión moral y emocional: si cumples con enviar tendrás felicidad, si no lo haces te caerán las siete plagas de Egipto. No se conocen el nombre del remitente ni del destinatario, como suele ocurrir con esos mensajes escritos para difundir y fortalecer la fe en Dios, en la Virgen María y en una legión de santos milagreros. La codicia, según la versión de quien envía la carta, es la razón de la infelicidad. La oración de la fortuna o miseria tiene 78 palabras meticulosamente seleccionadas por un anciano casto y ermitaño; se tiene que hacer 21 cartas y hacerlas circular. La carta poderosa registra ocho casos de obedientes y blasfemos. En dos casos, las mujeres son víctimas de violentas y viles lecciones: Mayita Sagala es ultrajada, los gemelos no tendrán padre conocido; Bella Toledana provoca una sequía que perjudicará al pueblo. Además, se ridiculiza ferozmente a quien ha escrito la carta poderosa. La carta poderosa es una novedad y una innovación literaria de escribir cuentos en Huánuco a partir de la década del 80 del siglo XX. Cuando el remitente anuncia las 78 palabras milagrosas termina el cuento. Al voltear la página no hay nada. ¿Cuáles son esas 78 palabras? Es un dato escondido que solo podemos suponer e imaginar.
Un ángel bajado del cielo es una farsa carnavalesca, cómica, de engaño, viveza, pero con gran significado social, cultural y lingüístico. Es una joya literaria equivalente al Sueño del pongo de José María Arguedas. Entre líneas se deduce que el narrador elocuente y pícaro no es testigo del engaño popular, sino que ha escuchado oralmente y se lo transite a un interlocutor que no interrumpe porque está ávido de conocer los episodios que le parecen festivos y espera con paciencia el desenlace. En el quechuañol del relato se evidencian el interlecto, las interferencias lingüísticas, sintaxis enrevesada y fonética lejos del castellano estándar.
El narrador es un quechuañol memorioso. Cecilio Encarnación Haro y la profesora Rosalbina, amantes y cómplices, hacen creer que un ángel ha aparecido en el cerro Huaychao. Baja en procesión a Pomacucho y recorre pueblos aledaños. La gente le da de comer, beber, ofrecen doncellas para contentar al ángel impostor, mientras la mercancía de Rosalbina se vendía como pan caliente. El ángel se aprovecha de la ingenuidad y devoción de los campesinos y ultraja mujeres. La farsa duró siete meses de 1919. Finalmente, es capturado en una celada, en la hacienda de Colpa Alta, tendida por el cura de Pomacucho y la policía. Es llevado amarrado a Huánuco y de allí, por segunda vez, al servicio militar en Lima, donde se casa con la hija de un oficial.
Día de crecida es un fluido monólogo interior de un niño de 12 años, que quiere dirigir el curso del río Huacarmayo para destruir la casa de don Óscar, su padre biológico, gobernador del pueblo. Las oraciones están conectadas por conjunciones hasta el punto aparte y final; no hay comas ni puntos y comas. El narrador reseña hechos de abuso e injusticia. La madre, sin marido, trabaja sin descanso para mantener a sus hijos, con quehaceres domésticos, mientras que el gobernador despoja propiedades y tiene a disposición mujeres. Las acciones de Día de crecida transcurren en un escenario rural, hostil y generoso a la vez. Se mezcla la realidad contada por el infante y la imaginación para ejecutar su venganza que la considera necesaria y merecida. Finalmente, la situación queda tal como estuvo. El deseo de destruir las propiedades de la autoridad abusiva se mantiene intacta, solo queda en la intención. Un ángel bajado del cielo y Dia de crecida, técnica y estilísticamente, constituyen las primeras muestras de la modernización de la literatura huanuqueña en el trabajo literaria de Samuel Cárdich.