ARLINDO LUCIANO GUILLERMO
Déjala ir, Criollita, En esta casa llena de niños y Recuento, son cuentos estrictamente urbanos. La ciudad es el gran escenario de las historias y los personajes. El monólogo dirigido, las perspectivas múltiples, los saltos espaciales y temporales reflejan los procedimientos narrativos modernos utilizados por Samuel Cárdich, lector de escritores del boom de la novela latinoamericana, principalmente Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa; así como Borges, Juan Rulfo, Julio Ramón Ribeyro, Julio Cortázar; también a William Faulkner, Ernest Hemingway. Los tres cuentos pueden convertirse en novelas relativamente voluminosas como Los cachorros, Pedro Páramo o La tregua,
Déjala ir, Criollita es el esforzado y persuasivo monólogo de Tacho, un truhan audaz, enviado por Mestiza para que Criollita (otrora prostituta Marcela en El Botecito) permita que su hija Crisálida, de diecisiete años, trabaje en un burdel. Criollita no responde con palabras, sino con lenguaje gestual. Mestiza y Criollita fueron, años atrás, prostitutas. Una aprovechó las ganancias; la otra se enredó en relaciones sentimentales cuyo fruto es Crisálida. La una hizo fortuna; la otra sigue de meretriz pobre y marginal. La propuesta de Mestiza, en ese contexto, es una oportunidad para ahuyentar la pobreza. El negocio de Mestiza tiene el auspicio del prefecto de la ciudad. Tangencialmente se aborda el problema de la corrupción. ¿Cómo una madre prostituta debe persuadir sutilmente para que su hija siga el mismo camino? Criollita lentamente va cediendo a los argumentos de Tacho. Parte del enojo, deja de fruncir el ceño, muestra rostro amigable, llora por el pasado que no quiere recordar, duda, empieza a sonreír, dialoga amablemente y da señales de una probable aceptación. Así, Crisálida será una trabajadora del Vergel del Amor.
En esta casa llena de niños impacta poderosamente en el lector, provocándole indignación, solidaridad; conmueve por la magnitud de la tragedia de la niña. Es un monólogo dirigido de Rosita, que le relata cómo llegó a un estado de total abandono material y moral. Este cuento retrata en miniatura lo que Gustavo Flaubert retrata en la novela Madame Bovary. La madre de Rosita y la tía Raquel son mujeres frívolas, seguidoras de una sociedad que prioriza el dinero, el lujo y la opulencia, antes que la moral y la decencia, alienadas, megalómanas, que reniegan de su condición de clase media baja, su imaginación crece con revistas de moda, mirando de lejos cómo los ricos se divierten, tratando de imitarlos. La muerte del padre taxista es el inicio del calvario de Rosita, que culmina en el orfelinato, donde hace una larga catarsis. En el cuento se entrelazan la pobreza, la frustración, la infidelidad y la injusticia. En esta casa de llena de niños es un alegato contra el maltrato y el abandono infantiles.
Recuento es una “novela en miniatura”. El drama de Vera, los lujosos de Belén, los negocios ilícitos de Paolo Caricare, la pobreza en la provincia, el narcotráfico y la corrupción en controles terrestres y aéreos constituyen los ejes de la historia literaria. Recuento es el cuento más sofisticado y moderno de Malos tiempos. Varias voces, con estilo y versión propios, relatan cómo Vera, de veintidós años, secretaria en un ministerio en Lima, con delirios de ser modelo profesional, se ve involucrada en el narcotráfico, que la obliga, a través de un chante perverso, transportar cocaína a Miami. Los roles de interlocutor se alternan constantemente de acuerdo con el curso de la historia. Vera, menos que Belén, tiene el caro anhelo de viajar a Lima, dejando atrás la pobreza, la provincia aldeana, en busca de la oportunidad y el progreso económico y ubicarse en un estatus social expectante. A Belén, involucrada en negocios ilícitos, le funcionó migrar a la capital; mientras que Vera está atrapada en la mafia y el narcotráfico.
Las mujeres de Malos tiempos llevan la peor parte de la adversidad: abuso sexual con hijos sin padre, un farsante que se hace pasar por ángel bajado del cielo abusa sexualmente de niñas y adolescentes de Pomacuchco, en Día de crecida la mujer es un objeto sexual para satisfacer la lujuria de la autoridad del pueblo y sometida por el machismo feudal, Rosita llega en estado de total abandono a un orfelinato donde recibirá cobijo y protección, Criollita y Crisálida seguirán ejerciendo la prostitución como una herencia generacional, Vera como una mosca ha caído en la telaraña del narcotráfico.
En Malos tiempos, dos cuentos tienen escenario rural (Un ángel bajado del cielo y Día de crecida); los restantes, la ciudad, donde los personajes están involucrados en situaciones adversas que salen con relativo éxito para continuar sobreviviendo. Samuel Cárdich hizo saber a los lectores de Huánuco y del Perú (comentarios de Manuel Baquerizo Baldeón y Ricardo González Vigil) que estaba escribiendo literatura moderna, con técnicas narrativas audaces, recopilación de la oralidad como insumo para el relato académico. Los cuentos de Samuel se alejan conscientemente de la estampa costumbrista y del relato lineal; desaparece el narrador omnisciente. En esta casa llena de niños y Recuento los hechos ya han ocurrido: Rosita es huérfana; Vera enfrenta un dilema para deshacerse de un chantaje. El narrador, a través del “flujo de conciencia”, reconstruye, con libertad y lucidez, la historia y la actuación de los personajes. Con Malos tiempos se inicia la prolífica carrera narrativa de Samuel Cárdich.