Luiz Inácio Lula da Silva recién juramentado como presidente de Brasil al momento de tomar juramento entre sus primeras acciones fue subirse el sueldo como mandatario en su tercera gestión.
Mientras que su predecesor Jair Bolsonaro, recibía, por ejemplo, un sueldo de algo menos de 6000 euros al mes, el nuevo presidente ha pasado a recibir un sueldo de casi 7000 euros brutos al mes, lo que equivale a un aumento del 16 %.
Si lo comparamos con el salario mínimo interprofesional en Brasil, situado en 228 euros (con un aumento del 7.42 % respecto a 2022).
En ese sentido, el salario del actual presidente brasileño es 30 veces superior al salario medio mensual de 34 millones de ciudadanos del país. Dicho de otra manera, más de la mitad de la población del país tardaría 30 años en ganar un salario anual del inquilino del Palacio del Planalto.
Lo llamativo de esto también es que en 2003 cuando Lula asumió por vez primera la presidencia del país su salario era de 8845.48 reales al mes (1550 euros). Veinte años después, esa percepción se ha multiplicado por cinco. Pero no solo los casi 7000 euros de salario al mes será la única retribución de Lula.
A esa cifra hay que añadir la de su pensión como amnistiado político, que asciende a 1800 euros al mes, por lo que al final de este mes de enero ya cobrará, 8800 euros brutos.