Por: Iraldia Loyola
Muchos hijos regresan a su terruño pocas veces a caminar por senderos donde pasaron sus primeros años de vida. Pocos de los que regresan dejan un legado, del campo a la ciudad, de las cementeras a la escuela, de su centro de labores, hoy a sus añoranzas.
Un educador, un ingeniero zootecnista y un ingeniero civil regresan tras los pasos que alguna vez dejaron por los caminitos que hoy se han convertido en carreteras. Vuelven para visitar sus antiguos campos y bosques recuperados y para instalarse por unas horas en las aulas del colegio donde aprendieron sus primeras palabras en castellano. Maximiliano y Víctor, emprendieron vuelo a corta edad cuál pichones de cóndor desde lo más alto de Wamali y Rondoni, hoy, con trayectorias profesionales enriquecidas, han regresado.
Cayna, el pueblo que se rebeló en 1719, 1800 y 1812 sin esperar la aparición de San Martín ni de Bolívar, los recibe con un cielo azul, el sol brilla y las nubes se abren de par en par. Su gente los recibe con aplausos en el colegio. Después de 15 años de haber ejecutado el proyecto “Instalación de plantones con fines de protección en los distritos de Cayna y Colpas en la microcuenca Huamali – Rondoní”, vuelven sus pasos por más de 500 hectáreas de bosque nativo recuperado, por Parco, un punto de agua que hace 15 años casi desaparece.
Maximiliano Cruz, inicia su intervención en el auditorio de su ex colegio, “Hace más de 15 años Junto a Víctor Domínguez iniciamos un proyecto importante para nuestro pueblo, se me llena de lágrimas los ojos, de emoción o no sé si de cobardía, al ver esos pueblos donde se hizo las cosas. Hemos recuperado un bosque natural, antes no había nada. Hicimos un proyecto con la Universidad de Huánuco, con la firma de un convenio con la municipalidad distrital de Colpas y Cayna, nos dieron 2 mil soles, con ese presupuesto hicimos el estudio de pre inversión. Fui a Huancayo y me traje un especialista forestal, reforestamos 1088 hectáreas con árboles de Eucalipto y Pino, lo entregamos y hoy me siento muy satisfecho. Hemos recuperado el bosque natural, con ello el agua, flora y fauna”, manifestó.
La ejecución del proyecto se realizó con financiamiento de la Embajada de Japón, gestión que los dos profesionales realizaron en representación de una entidad privada, pero como estos fondos solo pueden recibir las entidades estatales, lo transfirieron al Gobierno Regional.
Ha regresado también Emilio Cachuan (ingeniero civil), junto a su familia cada dos años regresa a Cayna para realizar proyectos de desarrollo en beneficio de su pueblo. Esta vez vino para exponer el último proyecto de sistema de numeración de Cayna.
Este ha sido un día histórico para Cayna, sus estudiantes y padres de familia han compartido con 3 profesionales de trayectoria impecable, tres hombres que sienten orgullo por su tierra y trabajan por ella. Victor Dominguez (Huanuqueño del Bicentenario) ha iniciado su discurso con palabras de agradecimiento a quienes lo han recibido. Su voz se quiebra a medida que se expresa, el público lo aplaude y por fin respira y prosigue.
“Maximiliano es mi compañero de estudios y de trabajo. Con Emilio Cachuán, andamos descalzos, lo he visto venir por el camino. Vine acá el 49, en el 53 terminé mi primaria en esta escuela, aquí hemos andado con Emilio, y Maximiliano. Hemos ido a Parco, donde nos bañábamos de pequeños, cuanto hemos padecido”, expresa como reviviendo el tiempo.
“Si bien tengo postdoctorado y becas en varios países, soy como ustedes. Lo más importante es lo que podemos hacer aquí. Lo que manda es la cabeza, no tanto la pinta, el tamaño, vale lo que podemos hacer por nuestra tierra. Aquí he aprendido a hacer todo, a llorar, jugar, caminar, coger leña, aquí me han pegado, yo también he pegado. El tiempo no regresa, por eso hay que hacer. Cuanto más aprendemos somos más chiquitos, más humildes, eso es lo más importante. Les agradezco de corazón”, finalizó Victor Dominguez.
Existe el compromiso de darle un valor agregado al uso del Eucalipto y los Pinos sembrados. Los tres amigos han coincidido en seguir trabajando por el desarrollo de su pueblo y no, ellos no son políticos, ni aspiran a un cargo. Desean convertir la zona recuperada en Área de Conservación Regional. Hechos reales, palpables y visibles como estos, deben ser replicados por todos los hijos de Huánuco, el orgullo no solo se lleva en el corazón, también lo demuestran nuestras acciones y en Cayna se ha demostrado.