La población peruana siempre está siendo víctima de engaños. Durante esta semana se ha descubierto que un grupo de delincuentes organizaron todo un sistema de estafa con el cuento de la casa propia. Para ello, implementaron un sofisticado local y contrataron personal, con la finalidad de lucir muy profesionales y serios.
Una vez hecho eso, comenzaron a ofrecer un programa de construcción de viviendas, por supuesto, supeditado al previo pago de casi S/. 3500.
Ahí viene el meollo del asunto, la estafa está en que la víctima pague un supuesto abono de construcción, o también denominado, cuota inicial.
Lamentablemente, hay sujetos que aprovechan la desesperación de la gente, más aún estando en pandemia.
Lo que es peor, muchas de las víctimas ni siquiera contaban con ese dinero, pero ilusionados por un sueño, buscaron prestar ese monto.
Más de 2000 personas han sido estafadas.
Tal vez, nuestra idiosincrasia complaciente y conformista tenga mucho que ver con que la población sea estafada. No sabemos reclamar, nos estafan las autoridades y también se aprovechan muchos inescrupulosos. Penoso esto.
Ahora esperemos que terminen presos. Han hecho mucho daño a miles de personas. Ojalá que no suceda como con los casos de denuncias emblemáticas de algunas autoridades y ex-autoridades, que quedaron y siguen quedando en nada.
Mientras tanto, a todas las personas les decimos que no caigan en la trampa de estafadores que prometen cumplir el sueño de ofrecerles una casa, un automóvil, ofreciendo ayuda para obtener su pago de impacto económico más rápido. Ha quedado demostrado con este caso en particular, que las promesas de compañías de ventas rápidas y grandes beneficios resultaron siendo mentiras.
Y si de algo estamos seguros, es que en tiempos de pandemia, algunas personas en lugar de aprender la lección, han sacado a relucir la verdadera miseria humana al aprovecharse de la vulnerabilidad y necesidades de otros.