LOS CROATAS Y LAS HACIENDAS EN HUÁNUCO

Por: Andrés Cloud
José Tomás Spoja Cortijo es un autor totalmente desconocido en Huánuco, pero no en Lima y otras latitudes, sobre todo en Croacia, país de origen de su progenitor. Nacido en Huánuco el 28 de enero de 1937 y fallecido dos o tres años atrás, es autor de cinco libros ensayísticos de corte historiográfico y testimonial titulados Unión de pueblos, Los caminos de San Blas, Los croatas en Huánuco. El espíritu croata (1998) y Recuerdos inolvidables (2001). De todos ellos nos interesan sobremanera los dos últimos que están vinculados con Huánuco en muchos aspectos.
En El espíritu croata, entre otros aspectos genéricos, se hace un comentario pormenorizado de las familias de ascendencia croata asentadas en el Perú y en Huánuco a partir de las últimas décadas del siglo XIX. Y en lo tocante a Huánuco se hace un seguimiento detallado de los emigrantes procedentes de Croacia y afincados en estas latitudes, cuyos descendientes son fácilmente identificables por el apellido, aunque con ciertas alteraciones en su escritura por razones fonéticas: Bjelovucic, Bielovucic o Bielovucich; Bojanovic o Boyanovich, Borovic (ch), Cardic (ch), Cuculiza, Dupuic (ch), Frkovic (Fercovich), Franciscovich, Gargurevich, Kukurelo, Miloslavich, Pavletic (ch), Raycovich, Saric (ch), Sivirich, Socolich, Spoja, Tomasevich, Zaric, Zecevich, etc.
Con relación al clan Pavletich anota: “La familia Pavletic es del norte de Croacia, cerca del puerto de Rijeka. Juan Pavletic emigró al Perú en la década del 80 del siglo XIX (…). Iván Pavletic, familiar de Juan, se estableció en Cerro de Pasco y luego en Huánuco en donde fue propietario de un importante establecimiento comercial (…). Esteban Pavletic, invitado por su hermano Iván, emigró al Perú en el año 1885 y se hizo cargo de los negocios de aquel. Esteban se casó con la señora Trujillo y sus hijos fueron Esteban, Rafael, Carmela, José. (…). Esteban Pavletich Trujillo nació en la ciudad de Huánuco el año 1906”. (El espíritu croata: 322)
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Recuerdos inolvidables es una enjundiosa (y voluminosa) crónica testimonial en la que el autor da cuenta de sus andanzas y vivencias en diferentes escenarios de Huánuco, el Perú y Europa, es decir Holanda, Francia, España, Italia, Alemania, Suiza y sobre todo Croacia y la península balcánica. En los capítulos iniciales del volumen, se privilegia a Huánuco y al colegio Leoncio Prado en donde el autor concluyó sus estudios secundarios en 1955. Dan cuenta de esto último los títulos interiores “Huánuco”, “Amigos de la infancia”, “Fundación de Tingo María”, “Puentes de Tingo María a Pucallpa”, “De Ruparrupa hacia La Divisoria”, “El caucho”, “Proyecto a favor del colegio Leoncio Prado”, etc. A modo de ejemplo, un brevísimo párrafo del capitulillo “Vida en las haciendas”.
“Como el departamento de Huánuco era eminentemente agrícola, habían numerosas haciendas donde vivían casi permanentemente los hacendados con sus familias, pues dentro de ellas tenían toda clase de comodidades como capilla, escuela, cancha de fútbol, básket, piscina, juegos de salón, servidumbre, además de una saludable vida de chacra. Estos hacendados anualmente celebraban a su Santo Patrón, cuya festividad duraba no menos de una semana. En ella participaban los trabajadores y los numerosos invitados que llegaban de la ciudad. Para la realización de la fiesta mataban dos o tres reses, gallinas, cerdos, cuyes. Se utilizaban quinientos kilos de papas, numerosos condimentos y con ellos se preparaban diversos potajes huanuqueños tales como: pachamanca, locro de gallina, sopa de cushuro, sancochado, picante de cuy y de chochos, ensalada de palta y de frijolitos verdes. También dulce de calabaza, de trigo, chancaquitas, alfeñiques, zanguito que servían con abundante chicha de jora y de maíz (…) Asistí acompañando a mis padres y hermanos a muchas de esas fiestas, en especial a la que ofrecía el hacendado Javier Rolando en la hacienda Shishmay, ubicada en las alturas de Huánuco, cerca de la hermosa laguna Mancapozo…
Cerca de la ciudad de Huánuco destacabas las haciendas agroindustrales de Quicacán en donde originalmente funcionó un convento para las Monjas de Clausura, Vichaycoto, Cayhuayna, Colpa, Mitopampa, San Roque, Pucuchinche, Cashapata, Huachoj, Pacán, Canchán, Marabamba, Rondos y Zevallos. También había haciendas que estaban más alejadas. Entre ellas, Sacsahuanca, Derrepente y Pati, en Cárpish; Vilcabamba en Chinchao, más allá, Mayro, San Miguel, Pipish, Tingo, Tambo Durand, Atabillos, Gloria, Buenaventura, Paraíso, Tucto, León Pampa, La Unión, Lauricocha, Mosca, de Cristóbal Milósevic y otras más. (Recuerdos inolvidables (42).
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En una de sus postales fechada en Crenchen el 10 de junio del 2002 comenta: “Estimado Andrés, desde la bella ciudad de Crenchen, capital relojera de Suiza, me es grato enviarte esta postal, como muestra de mi consideración a tu persona y felicitarte por el importante trabajo intelectual que realizas a favor de Huánuco, nuestro querido departamento. Saludos. Pepe Spoja C.”.
Ayancocha, enero 5 del 2017.