Por: Andrés Cloud
Abogado de profesión, Enrique López Albújar es uno de los escritores más longevos y prolíficos de la literatura peruana. Nació el 23 de noviembre de 1872 en tierras piuranas que, dos años después, pasarían a formar parte de la provincia lambayecana de Chiclayo, departamento creado en 1874. Murió en octubre de 1966, próximo a los 94 años. Su vasta producción literaria comprende libros de cuentos, novelas, poesía, teatro, ensayos, incluso sus Memorias y caprichos literarios
En el área específica del ensayo, cobra especial interés para Huánuco el testimonio y estudio titulado Los caballeros del delito, denso texto ensayístico del que conocemos solo dos ediciones: las de 1936 y 1973.
Escrito entre setiembre de 1932 y mayo de 1933 con una prosa cadenciosa, elegante, rítmica y una adjetivación pulcra y precisa, Los caballeros del delito es un voluminoso ensayo de cerca de cuatrocientas páginas estructurada en dos partes o libros. El primero de ellos es una suerte de semblanzas y testimonios referidos a las seis ciudades en las que el autor administrara justicia como juez o como vocal, antes de quedarse a radicar en Lima. Y son ellas: “La ciudad heroica (Tacna)”, “Moquegua”, “Huánuco” (1917-1923), “Piura”, “Lambayeque” y “Tumbes”. A cada una de ellas le dedica el autor dos o tres capítulos.
Refiriéndose a Huánuco escribe: “Huánuco es primavera. Lo es no solo por el clima, sino por su aspecto urbano, por la tonalidad de su cielo, por las aves de su campiña y, sobre todo, por sus huertas (…) Aquí la vida es quietud, placidez; canta al compás de los pájaros canoros y de la perenne eclosión de sus huertas floridas. Sus días son casi todo el año de sol franco y alegre, con esa sueva fulguración de los soles serranos y el azul del cielo, el gris de las cumbres y el verde de la campiña bullen en continua renovación. El árbol y la planta viven en perpetua gravidez, sin que el otoño ni el invierno la interrumpan”. (1973, pág. 99).
En otro momento testimonia el celebrado autor de la novela Matalaché: “Se ha propalado mucho un concepto enteramente desfavorable a esta ciudad; falso, por lo mismo que el inspirador de él es el resentimiento y la prevención, pintándosele así como un pueblo incivil, intratable y hasta xenófobo; pero los sesentiséis (sic) meses que viví en ella me demostraron todo lo contrario (Íbid. 109).
El segundo libro es el que da título al volumen: Los caballeros del delito. Consta esta parte de diecisiete casos referidos a las correrías y malandanzas de igual número de bandidos, abigeos, asaltantes, pishtacos, bandoleros y criminales de lesa humanidad afincados en los mencionados departamentos de Tacna, Moquegua, Piura, Lambayeque y Tumbes. Solo dos de ellos están referidos a bandoleros huanuqueños y se titulan “Dos pumas, un pishtaco y un demonio” y “Crispiniano Navarro, el azote de Quío”. Los pumas son un tal Albornoz (“cuyo nombre no recuerdo y nadie ha podido o querido decírmelo”) y Felipe Santiago “los bandoleros que más ruido metieron en le época en que yo fui juez de Huánuco”. El pishtaco es Aureliano Calixto, un illapaco perfecto, “el inspirador de mi cuento El campeón de la muerte. De él se dice que fue un tirador genial, el más grande que han producido las serranías huanuqueñas. Sus asesinatos eran verdaderas obras maestras de técnica y precisión. Jamás disparó sobre nadie a menos de doscientos metros de distancia”. El demonio fue un bandido más feroz y siniestro que los anteriores y “cuyo nombre también se me ha escapado de la memoria”. Otro de los feroces bandidos huanuqueños, natural de las serranías de Ambo es Crispín Navarro, un verdadero caudillo de la delincuencia”.
En la nota de presentación del volumen titulada “Y va de prólogo”, se incluye la carta de fecha 30 de mayo de 1932 dirigida al autor por José Varallanos, su “atento y seguro servidor entonces” pero después, su detractor y enemigo irreconciliable. Se incluye además una encuesta de quince preguntas abiertas formuladas por aquel al autor sobre el tema de “El bandolerismo en el Perú”. La segunda parte del libro es en cierto modo la respuesta a la encuesta formulada por el autor de la Historia de Huánuco.
Ayancocha, junio 7 del 2017