Las cifras de fallecidos durante el mes de junio llegan cerca de los 200. Que dicho sea de paso, es uno de los menores números de los últimos meses. En buen cristiano, podríamos decir que algunas medidas tomadas están funcionando.
Es muy probable que una de las razones sean las vacunas. Ya se ha dado este patrón en otras ciudades de nuestro país, e incluso en otros países, donde la incidencia de contagios y más aún de hospitalizaciones ha disminuido considerablemente. Las vacunas sí son efectivas para evitar complicaciones mayores y hospitalizaciones con la COVID-19.
Es por ello, que resulta esencial que toda la población se vacune cuanto antes. Sin embargo, hay varios sectores de la población que se resisten a recibir la vacuna. Por lo general, esto debido a las campañas de desinformación y de noticias falsas que se han viralizado a través de las redes sociales.
Es importante que las instituciones se unan y realicen una campaña de sensibilización al respecto.
No puede ser posible que la Diresa y el Gorehco hayan decidido guardar 30 mil vacunas esperando que la población etaria de 60 a más años, sean vacunados en su totalidad, cuando estos no quieren hacerlo.
Para empezar, las vacunas son voluntarias y hay mucha gente que sí se quiere vacunar. Entonces hay que dar paso a otros grupos etarios como el de 50 años, por ejemplo . Y mientras tanto, hacer una seria y agresiva campaña de educación sobre la vacunación.
Penosamente, las autoridades sólo piensan en comprar plantas de oxígeno sobrevaluadas y no piensan en lo importante que son las campañas de prevención y educación.
Uno de los problemas del departamento es, justamente, la poca conciencia y cultura de prevención. Es un problema muy sensible y que requiere ser dirigido de todas las formas posibles.
Mientras tanto, debemos seguir insistiendo en el cuidado permanente, en el lavado de las manos, el uso de la mascarilla y por supuesto, también en campañas de detección de contagios.