LA OTRA AUTOPSIA DE ADALBERTO VARALLANOS

Escritor e historiadorEscrito por : Eliseo Talancha Crespo

A mi juicio, Adalberto Varallanos es un escritor huanuqueño que ocupa un lugar privilegiado en la historia intelectual o cultural del Perú. Nacido el 23 de abril de 1903, Varallanos falleció en la primavera de la vida, en  1929, cuando a sus 26 juveniles años ya se convertía en una promesa de la literatura peruana .Sus cuentos, poemas y otros apuntes, que han sido amorosamente publicados en 1968 por su hermano José Varallanos en “Permanencia”, pueden darnos fe que hemos estado potencialmente frente a uno de los intelectuales más representativos del siglo XX.

Mucho antes que apareciera en 1937 la “Autopsia de Huánuco” de Esteban Pavletich, Adalberto Varallanos publicó en 1928, en la revista “La Sierra”, su artículo “Presentación de Huánuco” en la que, a modo de una  radiografía, con juicio crítico e insobornable, presenta la vida de la ciudad de Huánuco de entonces, especialmente, desde el ámbito cultural.

Mucho antes que Pavletich nos dijera con tanta crudeza que en “Huánuco solo se mueve el río Huallaga”, Adalberto Varallanos ya sostenía que el río Huallaga es una “serpiente noble”, enfatiza que se carece de monografías y otras publicaciones sobre el departamento, indica que para el turista o visitante, Huánuco como ciudad no tiene interés, y menciona que Huánuco no ha producido nada notable.

Amigo personal del polémico y controvertido Esteban Pavletich, el joven Adalberto Varallanos, con verbo ácido, sostiene que la vida intelectual de la capital es nula, no hay periódicos legibles, la juventud de Huánuco de ayer como la de hoy merece el más severo reproche. Sostiene que Huánuco no ha dado ni un escritor, ni un artista, ni nada que se le parezca, pero con cierta esperanza dice que tiene fe en los que vendrán. Finalmente se declara un “cholo” que se une a la protesta por la injusticia.

Han transcurrido más de noventa años desde que el joven Adalberto Varallanos ofreciera ese lapidario retrato de nuestro pueblo. Hoy, a doscientos años de la independencia política, en pleno Bicentenario de la Patria, nos preguntamos:¿Cuánto ha cambiado la ciudad de Huánuco? El pensamiento y sentimiento de Adalberto Varallanos todavía sigue vigente y eso nos obliga a reflexionar sobre las posibilidades y potencialidades que encierra la frustrada grandeza de nuestro terruño.

Como mi maestro José Varallanos, su hermano Adalberto Varallanos tenía un discurso contestatario y controversial para juzgar el orden de cosas y sobre todo a quienes fungían de paradigmas de la vida cultural del pueblo. Hoy la historia se repite. Tenemos en la ciudad de Huánuco unos tristes difamadores que por escribir unos escuálidos folletitos fungen de intelectuales y lo peor es que se ocupan de los Varallanos para denigrarlos, con el aliento de una joven periodista que se proclama cultural. Eso es inaceptable. Y por eso mismo seguiremos reivindicando el sentimiento y pensamiento de los Varallanos, hijos ilustres del lar nativo.