La inflación en Estados Unidos mostró un respiro en febrero, aliviando la presión sobre la Reserva Federal que lucha contra el potencial incremento de precios y el crecimiento económico más lento. Este dato, que llega en un momento donde las tensiones comerciales impulsadas por la administración Trump siguen generando incertidumbre, marca un punto de inflexión importante para la política monetaria. Cabe recordar que la Fed ha mantenido las tasas de interés estables en los últimos meses, pero la persistencia de la inflación podría obligarla a reconsiderar su postura. Este escenario se produce en un contexto de desaceleración del crecimiento global, con la Eurozona experimentando un estancamiento y China mostrando señales de ralentización.
Según la investigación publicada por The New York Times, este descenso, aunque bienvenido, no exime a la Fed de mantenerse alerta ante la complejidad del panorama económico actual.
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) experimentó un aumento del 2.8% en comparación con el año anterior, tras un incremento mensual del 0.2%. Este dato supone una mejora con respecto al sorprendente aumento del 0.5% registrado en enero, y se sitúa por debajo de las previsiones de los economistas. La moderación de la inflación, por tanto, se percibe como un alivio, aunque la trayectoria a largo plazo sigue siendo incierta.
El índice «subyacente», que excluye los precios volátiles de los alimentos y la energía para ofrecer una visión más clara de la tendencia inflacionaria de fondo, también disminuyó. Este indicador clave subió un 0.2% con respecto al mes anterior, lo que equivale a un 3.1% interanual. Ambas cifras representan una reducción en comparación con los incrementos observados en enero, sugiriendo una posible moderación en la presión inflacionaria a nivel general.
Los datos proporcionados por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) evidencian la irregularidad del progreso de la Fed hacia su objetivo del 2%. Mientras que los precios de productos básicos de consumo, como los huevos y otros artículos de supermercado, experimentan un nuevo aumento pronunciado, los costos de otras categorías, como la gasolina, disminuyeron. En particular, la caída del 4% en las tarifas aéreas durante febrero fue un factor determinante en los datos mejores de lo esperado.
En particular, el precio de los huevos subió otro 10.4% en febrero, debido a que un brote de gripe aviar continúa agravando la escasez nacional de huevos. Los precios de los huevos han aumentado cerca del 60% desde el año pasado. En términos más generales, los precios de los alimentos aumentaron un 0.2%, o un 2.8% en comparación con el año anterior. Este incremento en los precios de los alimentos básicos representa un desafío adicional para los hogares de bajos ingresos, que destinan una mayor proporción de sus ingresos a la alimentación.
El costo de los automóviles usados también aumentó un 0.9% en febrero, aunque los precios de los vehículos nuevos disminuyeron ligeramente. El seguro de automóvil, que fue un factor importante en el inesperado aumento del índice en enero, volvió a subir, pero a un ritmo mucho más lento del 0.3%. Ha subido algo más del 11% en el último año. Este incremento sostenido en los costos de los seguros de automóvil podría reflejar una mayor frecuencia de accidentes o un aumento en los costos de reparación.