En la antesala del ultimátum del Presidente Trump para imponer aranceles a México, la migración en la frontera sur muestra una dramática disminución. La situación actual, según reportes, difiere enormemente de la observada en meses anteriores, presentando un panorama de virtual desolación en puntos álgidos del cruce fronterizo.
Según la investigación publicada por The New York Times, la presencia de migrantes en ciudades como Ciudad Juárez, Tijuana y Matamoros ha experimentado un descenso notable, dejando atrás imágenes de albergues sobrepasados y espacios públicos repletos de personas en busca de asilo.
La realidad en la frontera, otrora marcada por campamentos improvisados a escasos metros del muro, se reduce ahora a restos materiales: prendas de vestir, calzado, envases vacíos, testimonios silenciosos de un éxodo masivo detenido. La contundencia de esta transformación es palpable, generando reacciones entre quienes han sido testigos del flujo constante de personas.
El reverendo William Morton, misionero en una catedral de Ciudad Juárez que ofrece alimentos gratuitos a migrantes, constata este cambio radical, afirmando que «Todo eso se acabó. Nadie puede cruzar». Esta declaración subraya la efectividad percibida de las políticas implementadas para frenar la inmigración irregular.
La Secretaria del Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU., Kristi Noem, anunció recientemente que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza había aprehendido a solo 200 personas en la frontera sur el sábado anterior, la cifra más baja registrada en un solo día en más de 15 años. Este dato refuerza la narrativa de una contención exitosa del flujo migratorio.
El Presidente Trump atribuye esta drástica reducción a sus políticas de mano dura contra la inmigración ilegal. Al mismo tiempo, ha anunciado el despliegue de miles de efectivos de combate adicionales en la frontera, argumentando la necesidad de detener lo que describe como una «invasión». Es importante recordar que en 2019, Trump ya amenazó con imponer aranceles a México si no tomaba medidas para frenar la migración, lo que resultó en un acuerdo en el que México se comprometió a reforzar su frontera sur.