Tirsa Mariam Champi Quispe
1ro High School Roosevelt School
Conozco esta bella ciudad desde los siete años. Me mudé aquí por el trabajo de mi madre. Llegamos en el León de Huánuco. El viaje desde Lima fue largo y tedioso. En la entrada de la ciudad, Carretera Central, mi mamá me mostró el puesto policial, que ahora sé que es la comisaría de Cayhuayna, distrito donde vivo. Vi las luces del restorán El Viajero. Bajamos cerca del río Huallaga. Tomamos un bajaj, nos llevó a la Plaza de Armas de Huánuco. Me asombré de la pileta, la hermosura de los árboles y un par de negritos y una fila de “toritos”. Huánuco sería mi nuevo hogar.
Al día siguiente fuimos al mercado. Dicen que se “conoce las ciudades por sus mercados.” Estaba sucio, desordenado, vendedores ocupando las calles, un perro había robado un trozo de carne y corría con las tripas en la boca. Eso sí, no faltaban bajaj ni comercio ambulatorio,
Contratamos un tour en la Plaza de Armas. Nos llevó a Kotosh, puente Calicanto, Tomayquichua. Por esta ciudad sus autoridades no se preocupan, pensé; hay mucho desorden, bajaj por todos lados, comercio ambulatorio. Creo que el problema de esta bella ciudad es el desinterés de sus gobernantes; ni qué decir de pistas con huecos y abandonadas.
Mi madre dice que “somos huanuqueñistas”, agradecidas de Huánuco. Cada acción que hacemos es por Huánuco: no botar basura al piso, buscar un tacho, respetar a mis mayores. Gracias, Huánuco. Deseo que tus autoridades se interesen por ti.