Debemos ser conscientes que los tiempos están totalmente cambiados. Debido a las actividades del hombre, el clima de nuestro planeta ha dado un giro de 90 grados en tan solo 40 a 50 años.
Por mencionar un ejemplo, nunca antes se habían registrado tantos incendios forestales en la parte sur de la Amazonia, como los ocurridos durante el año pasado, no solo en continuidad, sino también en magnitud. Esto debido a una mortal sequía y a la actividad humana.
Estos incendios hicieron que el año 2020 fuera más destructivo incluso que el 2019, el anterior récord de daños por incendios. Según un informe de la Organización Meteorológica Mundial, Estado del clima en América Latina y el Caribe en 2020, los incendios causaron daños irreversibles a ecosistemas vitales y a las personas que dependen de ellos.
Y uno de los factores determinantes para generar estas sequías y, por lo tanto, los excesos de temperatura que provocan los incendios, es la deforestación.
La deforestación ilegal y legal se ha incrementado considerablemente en los últimos cuatro años. Más aún con la pandemia.
En el departamento de Huánuco y Pasco, la minería es un rubro sumamente grande. Penosamente, esta actividad tiene una gran actividad ilegal que no solo deforesta y destruye la biodiversidad, sino también, la envenena con químicos sumamente potentes, creando un daño mucho más profundo.
No solo son los mineros legales e ilegales, también son los agricultores que destruyen los bosques, los ciudadanos de a pie que tienen que tirar basura a los ríos, o cualquier parte. Personas que no reciclan, la gran mayoría lastimosamente en nuestro país, debido a la poca cultura. En fin, todos tenemos gran parte de responsabilidad de que nuestro planeta esté sufriendo estos cambios de clima y temperatura de manera constante y radical.
Ayer reportamos que un ventarrón en Tingo María afectó el techo del hospital de contingencias y viviendas aledañas en la zona. No es que este tipo de vientos huracanados sean usuales, tristemente los desbalances en nuestra naturaleza terminan por provocarlos. Lo más triste es que se harán más potentes y constantes.