La Organización Mundial de la Salud (OMS) investiga si existe alguna conexión entre los fabricantes farmacéuticos, cuyos jarabes para la tos, contaminados con un tóxico, han causado la muerte de 300 niños en tres países.
La agencia Reuters reseña que, según la OMS, ambas sustancias son “químicos muy tóxicos utilizados como disolventes industriales y anticongelantes que pueden ser mortales incluso tomados en cantidades muy pequeñas”.
El principal efecto que tienen sobre el organismo es imposibilitar la circulación de la orina por el riñón, causando graves daños en este órgano que no tardan en ser fatales.
La OMS informó que ha ampliado las investigaciones sobre la posible llegada de jarabes contaminados a otros cuatro países: Filipinas, Senegal, Camboya y Timor Oriental y ha hecho un llamamiento a gobiernos y compañías farmacéuticas a extremar los controles y mejorar la regulación sobre la seguridad farmacéutica.
En un comunicado, remitido a Reuters, este martes, la Federación Internacional de Productores Farmacéuticos y Asociados (IFPMA, en sus siglas en inglés) asegura que el sector “ya está llevando a cabo las medidas solicitadas por la OMS”.