Incompetencias que acarrean muertes

Las cosas por su nombre. Lo que hasta hace apenas diez años parecía ser solo una lejana y escasamente probable posibilidad, es hoy una realidad incuestionable: Huánuco ha tocado fondo en materia de ordenamiento del tránsito vehicular. Son tantas las unidades móviles de servicio público que circulan a diario por las tugurizadas calles de nuestra ciudad, que ni la Dirección Regional de Transportes y Comunicaciones ni la Gerencia de Transportes de la Municipalidad de Huánuco parecen saber a ciencia cierta, por ejemplo, cuántos trimóviles hay en la actualidad en Huánuco, lo cual, desde luego, no ha de sorprender a nadie.
Baste recordar la manera indiscriminada en que la pasada gestión municipal prodigó en la dación de las respectivas licencias. Como consecuencia de esta pésima gestión, del dúo dinámico Giles-Zevallos, se dio esta suerte de “explosión vehicular” en el transporte público; muchos de los cuales, según se supo después, ni siquiera cumplían con los requisitos mínimos para entrar en circulación. Situación que lejos de revertirse en esta gestión, no ha hecho más que agudizarse.
Infelizmente para los ciudadanos de a pie, las consecuencias terminan siendo a veces mortales. La prueba la tenemos en la serie de accidentes de tránsito que vienen ocurriendo casi a diario, muchos de los cuales se dan por la negligencia de los choferes de combis, trimóviles o vehículos particulares, que han hecho de nuestra ciudad tierra de nadie, debido al desconocimiento de las normas de tránsito o conducción en estado de ebriedad. Son prueba de esto, el accidente ocurrido en la Avenida Universitaria, por culpa de un conductor ebrio, donde pereció una estudiante de 15 años, o aquel que sucedió por el estadio Heraclio Tapia, cuando una combi atropelló a una niña, de 12 años, que milagrosamente sobrevivió, entre otros.
Urge que nuestra primera autoridad provincial se amarre bien los pantalones y se ponga a trabajar con mayor ímpetu en el reordenamiento del tránsito vehicular y que los responsables de estos lamentables accidentes sean condenados ejemplarmente.