En un intento por reducir la tensión durante las manifestaciones en el marco del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) 2024, integrantes de la banda de la Policía Nacional del Perú (PNP) tocaron huaynos cerca del cruce de las avenidas Aviación y Javier Prado, en San Borja. Según el informe de Narda Saavedra para La República, el evento, más que disuadir a los manifestantes, resultó en un peculiar contraste: los ciudadanos, lejos de dispersarse, bailaron al ritmo de la música mientras alzaban sus banderolas y exigían justicia por las víctimas de las protestas de 2021.
La banda policial, compuesta por músicos que interpretaron diversas piezas de música peruana, se encontraba ubicada frente a una avenida donde los vehículos transitaban con normalidad, sin un público definido para su presentación. Los manifestantes, decididos a hacerse escuchar, emplearon un altavoz para amplificar sus reclamos contra el gobierno de Dina Boluarte, a quien acusan de represión y de ignorar las demandas sociales.
Un discurso de paz, pero una realidad de represión
Mientras la orquesta de la PNP buscaba atenuar los ánimos, la presidenta Dina Boluarte ofrecía un discurso ante líderes internacionales, incluyendo al presidente de China, Xi Jinping, quien llegó a Lima para asistir al foro. En su intervención, Boluarte presentó al Perú como «un país de hermanos, de paz y de desarrollo», un mensaje que contrasta con las múltiples marchas registradas en Lima y otras regiones del país, donde ciudadanos protestan por el aumento de la criminalidad y la falta de justicia por las víctimas de protestas anteriores.
En San Borja, uno de los epicentros de las movilizaciones, las autoridades cerraron las avenidas principales tras reportarse enfrentamientos entre manifestantes y efectivos policiales. Los familiares de las víctimas de la represión en 2021 encabezaron las marchas con carteles que pedían justicia, mientras denunciaban la violencia estatal que ha marcado la gestión de Boluarte.
Un contraste que no pasa desapercibido
La actuación de la banda de la PNP y las palabras de Boluarte ante la comunidad internacional reflejan un contraste evidente entre el discurso oficial y la realidad que se vive en las calles. Si bien el gobierno busca proyectar estabilidad y desarrollo en el marco del APEC, los manifestantes insisten en visibilizar un país dividido, donde las demandas ciudadanas se enfrentan a respuestas que, en muchos casos, terminan en represión.
El simbolismo de los huaynos tocados por la PNP, que representan la riqueza cultural del país, no logró ocultar el descontento social. En cambio, sirvió para resaltar aún más la desconexión entre las autoridades y la ciudadanía.
Conclusión
La escena en San Borja, con la música de la PNP sonando en medio de las protestas, es un reflejo del Perú actual: una nación que intenta mantener una imagen de paz y unidad en el escenario internacional mientras enfrenta divisiones y tensiones internas. Las protestas continúan, y con ellas, las demandas de justicia y cambios que, según los manifestantes, el gobierno de Dina Boluarte no puede ignorar por más tiempo.