HOY, EL BICENTENARIO

Colaboradora diario Ahora

Escrito por: Denesy Palacios Jiménez

La primera frase que queda acuñada es “Hay que saber ganar y hay que saber perder”, el colapso Fujimori aprista ha salido a relucir su impotencia para tomar el poder y su desesperación, nos ha llevado a que se tarde tanto la proclamación del Presidente de la República. Otra frase sería miente, miente que algo queda, para hacernos caer en una falsa democracia, sin querer entender la connotación de lo que significa esta, para el fortalecimiento de un sistema republicano, donde la participación debe ser activa para todos los ciudadanos, sin distinción de ninguna clase.

Por otra parte, vemos que no nos aceptamos como tal, pues aún no nos damos cuenta que el Perú, tiene una riqueza no sólo cultural e histórica, sino que también  tiene una riqueza antropológica, pues somos un país pluricultural y multilingüe, el gobierno de Velasco Alvarado permitió que lo visibilizáramos, sin embargo, Mariátegui desde décadas atrás nos manifestaba que el problema del Perú era el problema del indio, y que estaba ligado con el problema de la tierra e inclusive dirigíamos con la propiedad de esta.

El tal fraccionamiento de la población después de este acontecer eleccionario, del cual se habla, no es otra cosa, que el no aceptarnos entre nosotros mismos porque aún quedan algunos resquemores de quienes tomaron la primera República y los gobiernos que se han sucedido unos a otros, y donde la población rural ha sufrido las peores consecuencias por no ser atendidas, y es hoy lo que vemos, ya lo percibíamos en las elecciones regionales y locales, hasta que tuvo que llegar al escenario nacional.

Nos queda demostrar al mundo entero que hemos evolucionado y aprendido a querernos todos sin distinción de ninguna laya, juntos somos más fuertes, es por eso que si no queremos fracasar más, urge la articulación de todos los sectores, de todos los peruanos, de todos los profesionales, tenemos que apoyarnos en conjunto para mirar juntos la perspectiva de desarrollo de nuestro país, y cuando digo mirar, no significa ponernos en el plan de observadores, sino aportar y participar para que el gobierno peruano, que es el gobierno de todos, no fracase.

Este Bicentenario exige de cada uno de los peruanos ser mejores, como personas, como trabajadores, como profesionales, así vemos que el proceso de enseñanza y aprendizaje para los niños y los jóvenes mejorará cuando tengan los y las mejores maestras y docentes; sin lugar a dudas, la parte activa de los padres y madres en este proceso es considerable. Debemos fomentar el respeto al servicio civil, por lo tanto, aquellos que tienen capacidad de gestión pública, deben ser los llamados, basándose en la meritocracia. Esta Reforma meritocrática no sólo debe primar para el magisterio o la docencia, sino para los funcionarios públicos, y donde la lucha contra la corrupción es otra arista a considerar. Por otro lado, el entrampamiento burocrático tanto en el MEF como en los demás ministerios, debe cesar para dar lugar a la agilidad de trámite para los proyectos de inversión, estos entrampamientos son muchas veces las causas por las cuales no se ejecutan las obras que el interior del país y sus poblaciones demandan.

Lo más importante es que debemos tomar conciencia de las desigualdades que hay entre los peruanos, en los hogares, y acortar estas desigualdades es lo que va a permitir salir de la postración en la cual nos encontramos.

Un problema que queda pendiente de atender es el saneamiento, es decir, satisfacer las necesidades básicas de la población, tanto del ámbito urbano como del rural; así como la Seguridad ciudadana, y el cuidado de nuestras fronteras, especialmente la del norte, que parece una coladera, donde migrantes de los países vecinos han venido a aumentar la problemática delictiva, y como que no entendemos que estos migrantes, que es uno de los asuntos que debemos prestar atención, y la presencia del Estado debe hacerse notar no sólo con mayor resguardo a la frontera, sino con brindar los servicios de articulación vial y servicios básicos, y sobretodo generar trabajo para nuestras poblaciones jóvenes, que desesperadamente lo buscan y no se encuentra, habiéndose agravado con la pandemia. En este caso también se debe fortalecer a la policía Nacional, desde mejorar su formación y educación hasta dotarlos de los implementos logísticos y tecnológicos, que les permitan brindar un servicio de calidad.

Nuestro futuro es muy prometedor y será mejor si todos los peruanos nos comprometemos a partir del Bicentenario.