Hospital Regional Hermilio Valdizán: una estafa a Huánuco

El Hospital Regional Hermilio Valdizán se culminó luego de varias gestiones regionales. Se inició con Luis Picón, continuó con el tristemente recordado Rubén Alva y se terminó con Juan Alvarado. Como lo hemos dicho anteriormente, parecería que se han esmerado bastante para que una gestión sea peor que la otra. Sin embargo, lo han logrado, tal vez el único éxito de las últimas dos autoridades regionales.

A pesar de que hace menos de ocho meses fue inaugurado, el nosocomio ya ha sufrido varios episodios de filtraciones y al menos una inundación. La construcción tiene serias falencias y los encargados de la supervisión de la obra permitieron estas.

La obra está recibida y cancelada aun con esas deficiencias. Incluso el subgerente de infraestructura dice que no pasa nada, cuando pasa todo y especialmente el agua de la lluvia. Lo más grave es que llega a varios, si no todos, los ductos, como de las instalaciones eléctricas que están colocadas en el último piso y en la terraza del hospital.

Cada vez que llueve, se inunda o se filtra el agua por todos lados, lo cual sigue siendo un verdadero dolor de cabeza para los que laboran en este nosocomio. Cabe resaltar que, por parte de los altos funcionarios del nosocomio y de la Diresa, todo está perfecto; mientras que el pleito lo sobrellevan los trabajadores administrativos y relacionados a medicina y, por supuesto, los propios pacientes.

Esta obra nos hace recordar las irregularidades cometidas en caso del millonario desfalco al estado en las laptops. Para empezar, se recibió el bien con deficiencias, aun así se recibió y se canceló al proveedor y, por último, nunca se inició ningún proceso de investigación y menos uno sancionador para los responsables. Fiel al estilo del “cándido” Alvarado, al que sus funcionarios de confianza engañan y abusan, según él.

Esta estafa debería tener una denuncia de oficio a todos los responsables tanto del Gorehco como a la empresa constructora y a la empresa supervisora. Es inaceptable que se llenen de agua áreas tan sensibles del hospital como la de hospitalización, las salas de máquinas, los elevadores, las áreas de emergencia y neonatología, entre otras.

Por otro lado, se sabe que toda obra tiene cierto tiempo de garantía, pero en el caso del hospital Hermilio Valdizán los representantes de Obrainsa se han asegurado de que esta garantía no está afecta a estas deficiencias. Caso increíble, y que solo pudo pasar por la “inocencia” de Alvarado… siendo irónicos, claro está.