La presidenta Dina Boluarte anunció la adquisición de aviones de combate para la Fuerza Aérea del Perú (FAP), en una operación valorizada en US$ 3500 millones. La mandataria sostuvo que esta decisión busca renovar la capacidad operativa de la institución tras años de postergación y falta de inversiones estratégicas.
Durante su intervención oficial, Boluarte calificó la medida como una “decisión histórica” y afirmó que permitirá reforzar la soberanía aérea del país. Sin embargo, la información detallada sobre el tipo de aeronaves, la empresa proveedora y los plazos de entrega aún no ha sido precisada por el Ejecutivo.
Según fuentes vinculadas al sector Defensa, la FAP habría considerado modelos de compañías como Saab, Lockheed Martin y Dassault Aviation, aunque no se ha confirmado públicamente cuál fue la opción seleccionada.
La noticia ha generado reacciones divididas en la ciudadanía. Mientras algunos sectores consideran prioritario fortalecer la defensa nacional, otros cuestionan la magnitud del gasto en un contexto de necesidades urgentes en salud y educación. “Se necesita seguridad, pero también más inversión en hospitales y colegios”, comentó un ciudadano consultado en Lima.
Especialistas en seguridad sostienen que la renovación del parque aéreo peruano era una tarea pendiente, dado que varias aeronaves actuales datan de más de tres décadas. No obstante, enfatizan la importancia de garantizar la transparencia en el proceso y asegurar que la operación no se convierta en un foco de cuestionamientos o eventuales irregularidades.
El gobierno, por su parte, no ha detallado si se realizaron consultas previas con el Congreso ni si se contemplan mecanismos de financiamiento adicionales. Se espera que en los próximos días se emitan mayores precisiones para esclarecer dudas sobre la operación, cuyo impacto político y social promete seguir generando debate en el país.