Un estallido de ira comunal sacudió el distrito de Pachas, provincia de Dos de Mayo, luego de que pobladores capturaron a dos sujetos implicados en un violento asalto y tomaran la justicia en sus manos. Uno de ellos fue rociado con combustible y prendido fuego, en un acto desesperado por frenar la ola de crímenes que azota la zona.
Todo ocurrió la tarde del domingo, en la ruta Pachas–Llata, cerca del centro poblado de Rondobamba. Jaime Romero, un agricultor que retornaba a su hogar tras vender su cosecha de papa, fue interceptado por delincuentes armados a la altura del sector La Cantera. Según su testimonio, los sujetos dispararon contra su vehículo y lo obligaron a detenerse para despojarlo de 3,000 soles en efectivo.
Indignados por el hecho, los vecinos se movilizaron rápidamente y lograron capturar a dos de los presuntos implicados cuando huían en motocicleta: Rolando Carlos Ferrer Ortiz (39) y Rubén Hilmer Trujillo Dávila (32). El tercer cómplice logró escapar con el botín.
Enardecidos, los pobladores trasladaron a los detenidos hasta la cancha de gras sintético del centro poblado de Cruzpampa, donde fueron obligados a arrodillarse. Allí, uno de ellos fue rociado con gasolina y prendido fuego, aunque fue salvado por la intervención de los líderes comunales y algunos vecinos que evitaron una tragedia mayor.
Durante la requisa, se encontró en poder de Ferrer una mochila que contenía dos revólveres y una réplica de arma de fuego. Como señal de advertencia, los comuneros incendiaron la motocicleta usada por los presuntos asaltantes.
La Policía Nacional, alertada por las autoridades locales, llegó al lugar y trasladó a los detenidos a la comisaría de Pachas. Ambos sujetos niegan su implicancia directa: Trujillo declaró que solo transportaba a Ferrer por un pago de 200 soles, mientras que Ferrer sostuvo que llevaba un encargo de un tal “Romer Cruz” y desconocía el contenido de la mochila.
Ambos fueron puestos a disposición del Ministerio Público en Dos de Mayo. Las investigaciones continúan para esclarecer los hechos y capturar al tercer involucrado. La población, sin embargo, ha dejado claro un mensaje: la paciencia se agotó y no tolerarán más violencia en su territorio.