«Tuvimos que vender casi todas nuestras cosas porque mi mamá comenzó a necesitar oxígeno todo el tiempo», expresó Fiorella Sorroza. No le podían quitar el oxígeno y era casi imposible conseguirlo en la ciudad de Tumbes.
Sorroza indicó que no ha tenido tiempo de hacer el duelo por la muerte de su madre, Edda Merchán, el pasado sábado.
«Ella murió después de varios días de agonía», comentó. Conseguir oxígeno para que sobreviviera a la enfermedad se convirtió en una odisea.
A su juicio, se olvidaron de la salud y ahora pagan las consecuencias. Agregó que Perú, fue un país que tuvo un gran crecimiento económico, pero no invirtieron más en su sistema sanitario.
Aseguró, todos los días hacían fila para conseguir una botella, dos botellas, y así rellenar el cilindro que tenían.
«En el hospital, tuvimos que comprar el oxígeno y llevar el manómetro, porque si no, no la atendían», puntualizó.