Fabricantes de chips de EE.UU. temen perder el mercado chino de IA frente a Huawei.

La industria de los semiconductores, crucial para el avance tecnológico global, ha estado ejerciendo presión sobre las administraciones presidenciales de Estados Unidos para suavizar las restricciones a la venta de chips de última generación a China. Esta acción buscaba mantener el acceso a un mercado vital para su crecimiento y rentabilidad.

Según la investigación publicada por The New York Times, Jensen Huang, el director ejecutivo de Nvidia, empresa líder mundial en la fabricación de chips para inteligencia artificial, llegó incluso a reunirse con el expresidente Trump en Mar-a-Lago para discutir esta política.

Sin embargo, la reciente imposición de nuevas limitaciones a la venta de chips de IA por parte de la administración Trump indica que los esfuerzos de la industria no han tenido éxito. Esta decisión ha desencadenado una reorganización entre los fabricantes de chips, que ahora deben ajustar sus expectativas ante un futuro con menores ventas a China. La medida también ha despertado el temor de que su repliegue pueda convertir al gigante tecnológico chino Huawei en una potencia mundial en la fabricación de chips. En 2023, la industria global de semiconductores superó los 500 mil millones de dólares en ventas, evidenciando su enorme impacto económico.

Las medidas restrictivas, anunciadas el martes, apuntan directamente a las ventas de chips de IA producidos por Nvidia, Advanced Micro Devices (AMD) e Intel. Con esta acción, se cierra la puerta a un mercado de rápido crecimiento en China, que actualmente es el mayor comprador de chips a nivel mundial. Las tensiones geopolíticas entre EE. UU. y China se han intensificado en los últimos años, influyendo directamente en las políticas comerciales y tecnológicas.

La reacción del mercado no se hizo esperar. En los dos días siguientes al anuncio, las acciones de Nvidia, el principal fabricante de chips de IA, cayeron un 8,4 por ciento. De igual forma, las acciones de AMD disminuyeron un 7,4 por ciento, mientras que las de Intel bajaron un 6,8 por ciento. Estas fluctuaciones reflejan la preocupación de los inversores ante la pérdida de acceso al mercado chino.

Handel Jones, consultor de semiconductores en International Business Strategies, una firma que asesora a empresas de electrónica, advierte sobre las consecuencias a largo plazo. «Para la industria de semiconductores de EE. UU., China se ha ido», afirmó Jones, proyectando que las empresas chinas tendrán una participación mayoritaria en todas las categorías principales de chips en China para 2030. La dependencia de las cadenas de suministro globales se ha convertido en un tema central en el debate sobre la seguridad económica.

Los desafíos que enfrentan las empresas estadounidenses reflejan cómo las tensiones entre EE. UU. y China están reconfigurando la economía global. Durante años, las empresas estadounidenses diseñaron y crearon muchos de los productos más vendidos del mundo, mientras que dependían de China para la producción y la compra de gran parte de ellos. Este modelo económico, basado en la globalización, está siendo cuestionado a medida que las prioridades políticas y de seguridad nacional ganan terreno.