Recientes revelaciones arrojan luz sobre escándalos de corrupción y mal manejo de fondos dentro de la División de Investigaciones de Alta Complejidad (DIVIAC) de la Policía Nacional del Perú, que implican a altos mandos en prácticas cuestionables, incluyendo la simulación de delitos para encubrir malversaciones.
Un informe difundido por el programa «Día D» desentraña cómo el Mayor PNP Edgar Mesias Vargas, entonces miembro de la DIVIAC, fingió ser víctima de un secuestro el 19 de diciembre de 2020. Vargas reportó que durante el supuesto secuestro, los delincuentes sustrajeron una laptop que contenía datos cruciales sobre la rendición de cuentas y el manejo de fondos asignados a la unidad para operaciones de inteligencia y compras millonarias.
El escándalo toma mayor relevancia al revelarse que los fondos, supuestamente destinados a cubrir gastos operativos e inteligencia, eran gestionados de manera opaca y con frecuencia sobrevalorados, sin las debidas auditorías debido a su clasificación como «Secreto de Estado». Además, se señala que, a pesar de la disponibilidad de estos fondos, se presionaba al personal policial para que generara recursos por cuenta propia bajo amenaza de sanciones.
La investigación de «Día D» descubrió que el secuestro fue un montaje: Vargas y cómplices se autoinfligieron ataduras y vendajes para simular la situación y evitar así rendir cuentas por las discrepancias financieras descubiertas. El incidente, más allá de un intento de encubrimiento, pone en entredicho la integridad y la transparencia dentro de la institución.
Actualmente, el Mayor Vargas ocupa el cargo de comisario en Aucayacu, una posición que ha suscitado inquietudes dada su historia reciente en la DIVIAC y las serias acusaciones que pesan sobre él.
