Luego de la torrencial lluvia registrada el pasado dos de noviembre en la ciudad, las calles quedaron con lodo que al secarse se convirtió en polvo, lo que ocasionó mucha molestia en la población.
Es así como la voz de los vecinos y comerciantes no se hizo esperar, dado que al abrir sus negocios se encuentran con gran cantidad de polvo en su mercadería. La misma situación se presenta en restaurantes donde los comensales tienen que comer en medio de la polvareda, según manifiestan los propietarios.
Ante esto, los comerciantes de los jirones Huánuco, Damaso Beraún, Crespo Castillo, Constitución, Dos de Mayo y Abtao, pidieron al alcalde la limpieza de las calles con una cisterna.
“Ya pasaron dos días y seguimos así, comiendo polvo» expresó Cecilia Cristóbal Muñoz, dueña de un establecimiento comercial de Jr. Crespo Castillo.
También los transeúntes apoyaron esa iniciativa y exhortaron a las autoridades municipales a tomar cartas en el asunto.
“Son aguas servidas las que corrieron por las calles de Huánuco, ese polvillo que quedó es un foco de infección y contagio y las autoridades no hacen nada”, expresó Carlos Minaya.
