Las muertes infantiles debido al COVID-19 son extremadamente inhabituales puesto que solo se dan en menos de 1 % de los casos. Así lo demuestra un estudio europeo que corrobora que la enfermedad es benigna para la gran mayoría de niños y adolescentes.
En total, 82 centros de salud participaron en este primer estudio europeo sobre pacientes de entre tres días de nacidos y 18 años de edad, publicado en la revista especializada «The Lancet Child & Adolescent Health».
Este trabajo dirigido por expertos de España, Gran Bretaña y Austria muestra, en primer lugar, que entre los casi 600 pacientes menores de 18 años estudiados, todos ellos contagiados con la enfermedad, solo una cuarta parte tenía problemas médicos preexistentes. En segundo lugar, comprueba que la proporción de adultos aquejados de patologías previas que se contagian con el nuevo coronavirus es mucho más elevada.
De los 582 pacientes estudiados, positivos al test virológico (RT-PCR), solo cuatro murieron (0,6 %), todos mayores de 10 años, y dos sufrían ya problemas médicos.
Mientras, hubo 48 niños, es decir 8 %, que desarrollaron una forma grave de la enfermedad y requirieron su ingreso en cuidados intensivos. El estudio solo tuvo en cuenta datos hospitalarios y no incluye los casos benignos, para los que no hace falta una asistencia médica. Por ello, la verdadera tasa de letalidad entre los pequeños es probablemente muy inferior a la observada en el estudio.
«El porcentaje de muerte en nuestra cohorte de niños es muy baja y debe serlo mucho más, dado que muchos de ellos aquejados de una forma benigna del virus no acudieron al médico y, por lo tanto, no forman parte de este estudio», comentó Marc Tebruegge, del Great Ormond Street Institute of Child Health de Londres y coautor del estudio