Cuando el proceso inmediato ofrece justicia oportuna. La Republica y el Instituto Legal reunieron a las principales autoridades del sistema judicial peruano para conversar sobre la problemática y retos que plantea el proceso inmediato. Siento que la sociedad ha entendido que la impunidad no debe ser tolerada. Más allá de la pena, estoy convencido de que se está creando una cultura diferente en el país de respeto a las autoridades, indicó Gustavo Mohme Seminario. Son 10700 procesos con sentencia, en tres meses, eso nos dice de la celeridad que requieren los casos, los cuales deben basarse en la flagrancia, confesión sincera y suficiencia probatoria.
Bien por un lado se está hablando de la Ley de flagrancia, cuando de lo que se trata es de un proceso inmediato, es decir paso de ser algo facultativo a ser obligatorio para el fiscal; por eso se debe tener mucho cuidado, cuando nuestros o nuestras fiscales emiten su opinión, y no tomar actitudes como ya me pronuncie y no puedo dar otra, a pesar que me he equivocado, porque quedaría mal, pues el proceso inmediato tampoco significa más penas, sino castigar a quien corresponda, no a los más débiles, que es por donde siempre se rompe el hilo de la madeja, y las cabezas muchas veces quedan excluidas, y al final como alguien tiene que ser castigado, para que digan que son operativos, terminan siendo sentenciados los trabajadores o personas que no tienen la decisión ejecutiva, y quien tiene más dinero para abogados gana por cansancio, y al final no termina aplicándose la justicia.
El otro caso que nos invade son los momentos preelectorales que se vive en el país, casi un total desconcierto, y se habla de un golpe de suerte para el que resulte ganador, por una parte está la legitimidad electoral en cuestión, como nos dice Martin Tanaka, quien indica que todos los partidos inscritos y movimientos políticos merecían el mismo celo fiscalizador por parte del Jurado Nacional de Elecciones. Estamos frente a un momento que debemos salvar la legitimidad del proceso electoral para que este pueda darse ante la ciudadanía el 10 de abril. Y por encima de todo lo que debemos considerar, es que las normas se dan para ser respetadas y acatadas.
Históricamente desde que se gestó la República, una de las características es la desunión entre peruanos, a ello debemos atribuirle nuestros grandes debacles, como la famosa guerra del Pacifico, donde un pequeño grupo que quería ser beneficiado con el poder, le importó muy poco ganar la guerra contra Chile, porque la ambición de gobernar era su máximo interés, es decir hemos tenido representantes en el gobierno, con muy poco cariño a lo nuestro, y muy poca identificacion con este territorio que llamamos Perú. Y lejos de corregirlo en el transcurrir del tiempo ha ido creciendo cada vez más, por eso nuestros políticos y congresistas lejos de tener el perfil correspondiente, son aquellos o aquellas que no tenían otra opción para lucrarse más rápido, lógicamente con contadas excepciones, como ya lo señalaba Gonzales Prada, años atrás.
Es decir, tenemos tal grado de dependencia, que está basado en un populismo marcado por el bajo nivel educativo de la gran mayoría de nuestra población, es por ello que la improvisación se ve reforzada, y difícilmente los que no tiene rabo de paja les damos oportunidad; y peor aún como casi todos tienen denuncias y hasta sentencias, a los que no tienen, los difaman para que no haya limpios o blancos, porque la guerra sucia a todos mancha. Y los pactos éticos solo quedan para archivo como un remedo; a esto hay que sumar los traumas y secuelas que aún vive la población, como consecuencia de la guerra interna vivida, y por eso una gran parte de la población pide mano dura, lejos de pedir mayor educación o de calidad, o generación de empleo y seguridad social, para que la población pueda gozar de bienestar, y es que la pérdida de valores, es la más generalizada, cuando nos dicen: ¡no importa que robe pero que haga obras!, o cuando en las sombras vemos a candidatos que usan dinero del narcotráfico o empresas irresponsables, que avalan las grandes campañas publicitarias y son las que más llegan a través de los diversos medios, porque un ciudadano promedio peruano no estaría en condiciones de montar una campaña política millonaria. Es por ello que el oportunismo y la corrupción no ceden espacio para considerar a los peruanos o peruanas con perfil para gobernarnos, cuanta falta nos hacen Escuelas para líderes, porque al final todos creen que pueden ser elegidos, sin tener la capacitación o el perfil requerido, y esto pasa también en las otras instituciones como la universidad peruana, donde las autoridades, muchas veces son las personas menos idóneas, porque no cuentan ni siquiera con una plataforma, ni programas , ni plan de qué cosa es lo que quieren hacer cuando lleguen al gobierno; prueba de ello, en el contexto nacional es ante el derrame de petróleo en la selva que cualquier Estado estaría preocupado, por la afectación a la población y al medio ambiente, acá se voltea la página y no se dice ni se hace nada, ni nadie cobra interés, en casos de tal envergadura, simplemente se desconoce, se ignora, y como hay tan poco amor por lo nuestro, no se cuida ni se protege, con ello demostramos que campea la improvisación en el liderazgo político en nuestro país.
Es por eso que lejos de haber campañas de respaldo a tal o cual candidato lo que se está generando es la conciencia del ANTIVOTO, si recordamos ya paso con Susana Villarán, cuando gano la alcaldía en Lima, y de allí las consecuencias que se le quiso bajar, felizmente no prosperó, lo que digo es que los anti voto no reflejan que haya una democracia sólida, sino muy débil, y no queremos que esta vez gane alguien por el anti voto, sino porque la población esté convencida que es la persona idónea para representarnos, basta de improvisación y ¡basta de repartijas!, en todos los niveles e instituciones. No les parece?
Gracias y buenos días
(* ) Profesora Principal Facultad de Ciencias Sociales UNHEVAL.