“Aun así, arrastró penosamente el cuerpo hasta cerca de la pared, introdujo la cabecita en una lata vieja y oxidada y cerró los ojos para siempre, negándose a seguir viendo las injusticias que aún andan sueltas en el mundo en que vivimos”, Bajo la sombra del limonero (abril de 1998) – Andrés Cloud
Ayer Huánuco amaneció triste, el cielo nublado y con una lluvia de baja intensidad, después de varios días de batallar contra el COVID – 19, el gran maestro Andrés Cloud partió a la eternidad. Una pérdida irreparable para la Literatura Peruana y Huanuqueña. Falleció a los 80 años, dejándonos un vasto legado literario (más de treinta libros).
Un gran maestro, amigo, docente universitario, compañero de café y paseos, un consejero, buen vecino, así lo han recordado en las redes sociales. Y así fue siempre, un hombre ejemplar, sencillo, amante de los buenos textos y las buenas charlas.

Andrés Cloud, nació en Huánuco en 1941. Estudió en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, fue docente en la Universidad Hermilio Valdizán de Huánuco. Ganador del concurso de cuento Francisco Izquierdo Ríos, convocado por la ANEA (1987), en el 2003 obtuvo el primer premio del concurso “El Cuento de las 2000 Palabras” de la revista Caretas con el cuento titulado ¡Eso!
Distinciones
Su producción narrativa le permitió obtener varias distinciones, siendo finalista en el concurso de cuento José María Arguedas en 1977, en las bienales de cuento premio COPÉ (1985,1987,1989 y 1994), entre otros. Coautor de “Tres en raya”, con Mario Malpartida y Samuel Cardich. El libro y sus autores representan una etapa de renovación en la historia de la literatura huanuqueña de finales de siglo pasado, a su vez son la experiencia generacional que influyó en la adopción de una ideología con textos de gran sensibilidad social. Sus relatos fueron publicados en diversas revistas y antologías del departamento y del país.
En las Bodas de plata del diario Ahora (10 de marzo del 2020) recordaba el maestro, que nuestro diario había editado exactamente 7940 números, hasta ese entonces él se jactaba de haber leído más de 7 mil ejemplares. Entonces quiso que el reconocimiento fuera en su condición de lector acérrimo de nuestras ediciones. Pero un notable escritor como él, merecía el reconocimiento en vida a su loable labor en favor de la cultura y al desarrollo del pensamiento escrito.
Como medio de comunicación nuestro mayor objetivo siempre ha sido reconocer y agradecer en vida las obras de nuestros personajes ilustres y Andrés Cloud lo fue. Tenerlo como columnista por más de 15 años bajo diferentes seudónimos ha sido tan grato y lo recordamos con cariño.
Allá en el cielo has de estar maestro “Bajo la sombra del limonero”, ahora recostado entre las nubes viendo el horizonte, escribiéndole a la eternidad y pibe, el tierno pibe ha de recibirlo como siempre dando saltos y brincos, retozando en redondo. Lloramos nosotros por qué nunca más hallaremos un corazón como el suyo.
Siempre será recordado por su gran sensibilidad
“En la vida hay distancias”, distancias que en algún momento se vuelven eternas, pero su memoria estará intacta, así como las memorias de “Los últimos días de papá Ata” que nos regalaste. Y tu “Canción de otoño” seguirá alegrando los días cada vez que decidamos abrir un libro para deleitarnos con tu fina literatura. “Usted comadre debe acordarse” y “El inconcluso cuaderno manuscrito de Zandro Duclós Tercé”, narran las historias del escritor experimentado cuyo mayor secreto fue su fina sensibilidad.
Y si “… es cierto que la muerte es para siempre…”, pero “Los hombres grandes y buenos no mueren ni aun en este mundo. Embalsamados en libros, sus espíritus perdurarán. El libro es una voz viviente. Es una inteligencia que nos habla y que escuchamos”, Samuel Smiles.
De parte del Diario Ahora nuestras más sentidas condolencias a sus familiares y amigos.
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