Emergencia Sanitaria en Aparicio Pomares

Los vecinos del asentamiento humano Aparicio Pomares, en Huánuco, viven en condiciones deplorables, sin acceso a agua potable ni a un sistema de alcantarillado adecuado. A pesar de haber elevado múltiples solicitudes a diversas entidades del Estado, como el Gobierno Regional, la Municipalidad y la empresa Seda Huánuco, no han recibido respuestas concretas. Ahora, en un último intento desesperado, hacen un llamado a la Fiscalía del Medio Ambiente para que intervenga y constate la crítica situación en la que habitan.

El problema que enfrentan estos pobladores no es nuevo. Desde hace más de 50 años, han tenido que improvisar sus propios desagües con tubos de cemento, los cuales colapsan constantemente, especialmente en temporadas de lluvias. El desborde de aguas servidas inunda sus viviendas, y los excrementos terminan esparciéndose por las calles, agravando la insalubridad. Con el calor, el viento y el tránsito vehicular, el aire se llena de partículas contaminadas, afectando gravemente la salud de los habitantes, en especial de los niños.

Hugo Uruncui, dirigente de la zona, expresa con impotencia el hartazgo de la comunidad. Denuncia que ni la presidenta de la República, ni el gobernador regional, ni el alcalde han mostrado interés en atender esta crisis. Mientras en los discursos políticos se pinta un Perú «paradisíaco», la realidad en lugares como Aparicio Pomares es diametralmente opuesta. Los vecinos han sido ignorados una y otra vez, como si sus vidas no importaran, pero seguramente serán visitados cuando inicie la próxima campaña electoral, con promesas vacías de siempre.

El crecimiento poblacional en esta zona ha agravado la situación. Cada vez más familias se ven forzadas a vivir en el cerro, sin acceso a servicios básicos, expuestas a un ambiente contaminado y riesgoso para la salud. ¿Es justo que en pleno siglo XXI haya peruanos viviendo en estas condiciones? La falta de agua potable y saneamiento no es solo un problema de infraestructura, es una vulneración directa al derecho a la salud y a una vida digna.

Los pobladores de Aparicio Pomares no deberían tener que protestar en las calles para que sus voces sean escuchadas. No están pidiendo lujos, exigen lo mínimo que un Estado responsable debe garantizar: acceso a agua limpia y un sistema de alcantarillado funcional. La indiferencia de las autoridades frente a esta crisis solo profundiza el abandono y el resentimiento de una población cansada de ser ignorada.

No esperemos que la desesperación de la gente los lleve a tomar medidas drásticas. Las autoridades deben asumir su responsabilidad ahora.