Por: John Cuellar
CITAS PREVIAS
“La doctrina significa aquello que hace que el pueblo esté en armonía con su gobernante, de modo que le siga donde sea, sin temer por sus vidas ni a correr cualquier peligro”. Sun Tzu – El arte de la guerra [Cap. 1 Sobre la evaluación]
“Los habitantes constituyen la base de un país, los alimentos son la felicidad del pueblo. El príncipe debe respetar este hecho y ser sobrio y austero en sus gastos públicos”. Sun Tzu – El arte de la guerra [Cap. 2 Sobre la iniciación de las acciones]
“Los generales son servidores del Pueblo. Cuando su servicio es completo, el Pueblo es fuerte. Cuando su servicio es defectuoso, el Pueblo es débil”. Sun Tzu – El arte de la guerra [Cap. 3 Sobre las proposiciones de la victoria y la derrota]
“El liderazgo es una cuestión de inteligencia, honradez, humanidad, coraje y disciplina… Cuando uno tiene las cinco virtudes todas juntas, cada una correspondiente a su función, entonces uno puede ser un líder”. Leslie Pockell y Adrienne Avila – Los 100 grandes principios de liderazgo de todos los tiempos
¿ELECTARADOS?, ¡NO!
Hace un tiempo, Aldo Mariátegui, columnista de Perú 21 y conductor noticiero, calificaba de ELECTARADOS a los electores, por no saber elegir a sus gobernantes y representantes.
El adjetivo ha calado tanto, que en cada esquina –o en una borrachera–, uno suele oír hablar de electarados hasta el hartazgo. Y el calificativo se apunta más al vecino de barrio y de pachanga, al poblador incivilizado y pobre, al ciudadano inculto y limitado…
Todos son electarados, menos el que los califica… todos son electarados, menos el que los juzga…
Pero, pongámonos a reflexionar, si realmente el elector peruano merece tan denigrante y peyorativo epíteto:
Primero. ¿Qué porcentaje de la población –apenas lea estas líneas– conoce los antecedentes de los candidatos, que se presentan en estas elecciones 2016, para así elegir bien?
Segundo. ¿Qué porcentaje de la población tiene el tiempo suficiente como para dedicarse a revisar los antecedentes de todos los candidatos de las diferentes agrupaciones, y no equivocarse a la hora de decidir?
Tercero. ¿Qué porcentaje de la población maneja el internet como medio de investigación, para enterarse de quién es quién, a fin de no regalar su voto a un oportunista de la coyuntura?
Cuarto. ¿Qué porcentaje de la población está pegada a la radio o la televisión, o es adicta a los diarios serios con fines de enterarse, más que de las pullas entre candidatos, de los destapes, denuncias, desenmascaramientos, etc.?
Estas cuatro preguntas nos llevan a la conclusión siguiente:
El ELECTOR elige mal por desconocimiento. Muchas veces el desconocimiento deriva de una desazón ante lo mismo de siempre –como en el fútbol, donde muchos ya perdimos las esperanzas de llegar a un mundial, pues “Perú siempre juega como nunca y pierde como siempre” –. Y eso no lo convierte en “tarado”.
Es como si de pronto se presentan 20 candidatos para Administrador una empresa, y se les pide a los cien trabajadores que elijan al futuro Administrador. ¿De verdad creen ustedes que los 100 trabajadores van a darse el tiempo necesario para investigar a los 20 candidatos y percatarse que muchos de ellos tienen rabo de paja? No.
AUTORIDADES INCOMPETENTES Y ELECTORES EN ORFANDAD
Causa gracia lo que hace poco leíamos en los diarios y escuchábamos en los medios radiales y televisivos, sobre los candidatos:
A través de algunos medios se informaba que no todos los candidatos habían declarado sus antecedentes a cabalidad.
Luego nos enterábamos que, entre los que habían declarado, se encontraban candidatos con proceso, condenados, con casos archivados, etc.
También entrábamos en cuenta que, entre los primeros candidatos que lograron inscribirse para estas contiendas del 2016, fue de uno que estaba en la cárcel, en calidad de investigado y/o procesado.
Después nos ponían al corriente sobre el porcentaje de candidatos de dudosa reputación en las diferentes agrupaciones políticas.
Continuando, nos hacían saber del porcentaje de candidatos con antecedentes civiles y penales.
Y hace unos días, Jaime Antezana advertía la presencia de narcocandidatos en las diferentes agrupaciones políticas.
Y para rematarlo, alguien “sobrehumano” sugería que ¡el elector debe tener cuidado al elegir a sus candidatos a la presidencia y al congreso!
Ante situaciones que colindan con lo estrambótico y utópico, sería bueno poner los puntos sobre las íes:
Primero. Nuestros gobernantes y legisladores deben tener la capacidad, la ética y el coraje necesarios para generar una ley que evite la incursión de gente oportunista, incompetente e inmoral. De lo contrario, siempre hablaremos de vacíos, vacíos y más vacíos.
Segundo. Los organismos como el Jurado Nacional de Elecciones y la ONPE debe ser capaces de expectorar de la carrera política a quienes no reúnen las condiciones necesarias para legislar o gobernar. Estas dos entidades tienen la responsabilidad ética de velar que los candidatos que se presenten en las contiendas electorales reúnan las virtudes necesarias para representar al país. Pues, honestamente, de nada sirve decir: “Electores, deben tener cuidado al elegir a sus candidatos, pues entre ellos figuran incompetentes, corruptos, inmorales, oportunistas, delincuentes, procesados y condenados por delitos mayores y menores”.
Tercero. En la figura actual, las elecciones parecieran ser más un juego de azar, que algo serio. El elector se encuentra abandonado, huérfano… Y es justamente a él a quien se le atribuye toda la culpa de las malas decisiones. No hay institución competente que le diga: “¿Sabes?, se presentaron 10 000 candidatos, de los cuales dejamos en carrera solo a dos mil, porque los demás tenían antecedentes que los desacreditaban como aspirantes a una representatividad del Estado. Ahora sí puedes elegir”.
Si bien al elector le corresponde elegir, a los órganos máximos les corresponde hacer un filtro y dar luz verde solo a los mejores.
OTRO SÍ: Resulta saludable la pronunciación de Mario Vargas Llosa sobre su preferencia en estas elecciones, haciendo así justicia a uno de los poquísimos candidatos probos y capaces de 77 años: Pedro Pablo Kuczynski Godard.
Servido, y buen provecho.