Latinoamérica vive una explosión de descontento y convulsión social. Las razones son muchas, obviamente, entre ellas, la primacía de los intereses personales de las autoridades o como también de ciertas élites de poder económico, caso Chile. Por el otro lado, Bolivia, a pesar que Evo Morales todavía goza de un 40 % de aprobación, recordemos que el 70 % de bolivianos tiene procedencia indígena; sin embargo, su forzada intención de ser presidente por cuarta vez no fue bien percibida por el población, contándole su fuga.
En el caso de nuestro país, el descontento tiene como fundamentos, la desigualdad entre ricos y pobres, los abusos de las mafias enquistadas en el Poder Judicial y en el Ministerio Público, la corrupción en el Congreso de la República y en todas las instancias del Estado y en los gobiernos regionales y locales. Sumado a eso, el Jurado Nacional de Elecciones abre las posibilidades del retorno a los congresistas disueltos, al autorizarles a postular en las elecciones congresales de 2020, dando la oportunidad a que gente sin escrúpulos retorne para seguir manejando las organizaciones criminales y protegiendo a jueces y fiscales corruptos.
Esta actitud del JNE es una clara provocación al pueblo que pedía la disolución o el cierre de Poder Legislativo. ¿Para qué ha servido entonces la disolución del Congreso si ahora el JNE les da la oportunidad de volver por la puerta grande con las mismas prerrogativas y a seguir trabajando contra el pueblo?
No queremos violencia, basta con lo que viene ocurriendo en Chile, Ecuador y Bolivia, con muchas muertes, no queremos que eso suceda en nuestro país, pero se sigue actuando en contra del pueblo. El país celebró el cierre del Parlamento, pero el JNE les abre y posibilita su retorno, para gozar de inmunidad, de los millonarios sueldos y reorganizarse para continuar con las mafias, que según el sistema electoral, con el voto preferencial, aunque no voten por ellos, la cifra repartidora los ingresa por ser cabezas de lista. El zorro viejo de Mulder eso busca, el pueblo lo repudia, incluso su partido aprista, pero se las ingenia para encabezar la lista de postulantes.