Por: Juan Carlos Espinoza Vilar
Luego de conocerse la forma cómo la empresa Odebrecht ganaba concursos y concesiones de obras, es pertinente que se investigue el proceso de concesión de la Central Hidroeléctrica de Chaglla, que por lo expresado por uno de sus representantes en los ambientes del Colegio de Ingenieros en presencia de representantes de OSINERGMIN, era a perpetuidad, pues solo tenían que cumplir con algunos requisitos que le imponía el Estado para seguir operando; esto en razón a las siguientes consideraciones:
• Ahora se conoce que la indicada empresa contrataba a los más “exitosos” estudios de abogados de la capital como sus asesores, los mismos que a través de sus integrantes asesoraban también al Estado elaborando las normas que luego las aprobaba el Congreso o el Ejecutivo, como manifestó en una entrevista al diario Perú21 una expresidenta de una Sala del Tribunal de Contrataciones del Estado, por lo que salía beneficiado, sea a través de adendas, arbitrajes, exoneraciones del SNIP, etc., y consecuentemente las obras y concesiones terminaban costando varias veces más que el costo inicial, en claro perjuicio de los peruanos.
• En el caso de la Central Hidroeléctrica de Chaglla existen indicios razonables de sobrevaloración también, por las siguientes razones:
1. Con fecha 13.03.2009, el entonces gerente del Consorcio Huallaga, don Enrique Cox, que para entonces tenía la concesión, hizo público su malestar al declarar que “trabas burocráticas” les dificultaban la concesión definitiva para la construcción y alertó “que sin sacrificar nada, otra empresa podría hacerse de la Central”. ¿Cuál sería esa empresa?
2. Con fecha 17.11.2009, el Sr. Erlon Arfelli, representante de Odebrecht, en conferencia de prensa efectuada en el Gobierno Regional de Huánuco anuncia que en el 2do semestre de 2010 se iniciaba la construcción de la Central con una inversión de más de 600 millones de dólares; explicó que tenían experiencia en la construcción de centrales y otras obras de envergadura y que en el presente caso construirán la represa, un túnel de 8 km y que instalarán las turbinas para generar 360 megavatios de energía, sin perjudicar el medio ambiente, puesto que por lo accidentado de la zona no afecta sembríos ni bosques naturales.
3. Con fecha 27.05.2010, el Sr. Erlon Arfelli informa a la prensa, luego de su reunión con presidente regional, que se ha incrementado la producción de energía de 360 a 406 megavatios, con una inversión adicional de S/1000 millones, con lo cual la Central llegaba a costar 1200 millones de dólares.
4. Teniendo en consideración que el costo de referencia que se manejaba en la empresa ELECTROPERU S. A., que también había construido centrales hidroeléctricas, era de un millón de dólares por megavatio instalado, públicamente expresé mi extrañeza por tan elevado costo; además, dicha empresa para la que trabajé en la Gerencia de Obras precisamente, mostraba con orgullo el diseño de la indicada central con una potencia de 800 megavatios. En esa oportunidad preguntaba por qué baja la potencia y sube el costo de manera exagerada. La única respuesta que obtuve fue agravios.
• Considero que es necesario que se investigue el proceso de concesión, no solo por los posibles hechos de corrupción que pueda establecerse, sino también porque la región y especialmente la provincia de Pachitea se verían directamente perjudicados, porque el canon se reduciría, en razón a que el elevado costo de la infraestructura e instalaciones se trasladaría al costo de operación vía depreciaciones, con lo que la utilidad se reduce, y al no haber utilidad, o reducirse ésta, se paga menos impuesto y consecuentemente menos canon.
• Por las consideraciones expuestas solicito la participación de las instituciones de la sociedad civil para impedir que Odebrecht venda la concesión, como lo ha anunciado el presidente de la República, hasta que mediante un peritaje técnico financiero se establezca el valor real de la obra.