El Congreso y su atentado contra la meritocracia en Educación

El reciente discurso del Director Regional de Educación, Heber Huaynate, resuena como un llamado de emergencia sobre el estado de la educación en nuestro país, y particularmente en la región de Huánuco. Con sinceridad y valentía, Huaynate ha señalado directamente a los miembros del Congreso como responsables de una crisis educativa que amenaza con ser la más grave de nuestra historia.

En un contexto en el que se está discutiendo una ley que permitiría el ingreso a la carrera pública magisterial sin la necesidad de exámenes ni méritos, la alarma no podría ser más oportuna. Esta propuesta legislativa es un golpe directo a la meritocracia, un sistema que, pese a sus imperfecciones, ha sido fundamental para mantener algún grado de excelencia en nuestra educación.

Huaynate subraya un dato alarmante: en Huánuco, hay al menos 2000 docentes que han sido nombrados o contratados sin haber aprobado los concursos de conocimiento y sin cumplir con los requisitos mínimos que exige la carrera pública magisterial. Esto es, sin lugar a dudas, un reflejo del deterioro sistemático de nuestros estándares educativos.

Peor aún, el Congreso parece estar lleno de ejemplos que justifican esta preocupación. Varios congresistas, que paradójicamente son docentes sin título ni méritos académicos, están impulsando esta ley que facilitaría el nombramiento masivo de docentes sin la formación adecuada. ¿Qué tipo de alumnos se formarán bajo su tutela? ¿Qué clase de profesionales emergerán de un sistema así de desgastado?

Los números son aún más preocupantes a nivel nacional. Según Huaynate, hay más de 15 000 docentes sin título contratados en el país. Otros estudios, mencionados por exdirectores y exministros de Educación, sugieren que el número podría superar los 100 000. Y no hablemos de los títulos que han sido «adquiridos ilícitamente» a lo largo y ancho del país, un fenómeno que mancha aún más el panorama.

En resumen, la propuesta legislativa en cuestión representa un retroceso peligroso para nuestro sistema educativo. Tal como lo señala Heber Huaynate, olvidarnos de la meritocracia sería un error imperdonable, especialmente porque afectaría de manera directa a miles de alumnos, en particular en las zonas rurales.

Es crucial que la Presidenta de la República rechace este proyecto de ley, tal como lo han solicitado todos los directores regionales reunidos en la ciudad de Cusco. La meritocracia no es una opción, es una necesidad.