El gobierno de Estados Unidos manifestó su inquietud frente a la posible entrega de armamento ruso a Corea del Norte, declarando que esto podría desestabilizar gravemente la península coreana. La preocupación surge tras el anuncio del presidente ruso, Vladimir Putin, sobre un nuevo pacto de defensa mutua firmado durante su reciente visita a Pyongyang con Kim Jong-un.
Putin insinuó la posibilidad de suministrar armas a Corea del Norte como contrapartida a la asistencia militar que Occidente brinda a Ucrania. “Podemos decir que hemos suministrado algo a alguien y después no nos hacemos cargo de nada”, afirmó Putin, aludiendo a la política occidental en Ucrania.
El portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Matthew Miller, expresó que tales acciones no solo son “increíblemente preocupantes”, sino que también podrían contravenir resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, previamente respaldadas por Rusia. Además, Miller reiteró que Washington y sus aliados han acusado a Corea del Norte de suministrar misiles y artillería a Rusia para su uso en el conflicto ucraniano.
Putin también lanzó una advertencia a Corea del Sur, instándola a mantener su política de no vender armas a zonas en conflicto, a pesar de las presiones de Washington y Kiev. El líder ruso aseguró que el acuerdo militar con Corea del Norte busca ser un mecanismo de disuasión y no una escalada hacia el conflicto armado, subrayando que no implica un cambio sustancial respecto al acuerdo anterior de 1961.
Esta tensión se desarrolla en un momento en que la comunidad internacional observa con cautela las repercusiones de las alianzas estratégicas en la región asiática y su impacto en la seguridad global.