Las lluvias ocurridas anteayer generaron daños significativos tanto a viviendas, calles, instituciones y en vías de transporte distritales y provinciales. La ocurrencia de lluvias según el Senamhi será hasta el jueves, al menos por esta semana. Esto no debe sorprendernos debido a que estamos en plena temporada y hay que considerar también la presencia del fenómeno El Niño, que hace que las precipitaciones sean más intensas y persistentes, y por ende produzcan mayores daños.
La torrencial lluvia que duró poco más de dos horas, provocó huaicos en las cabeceras de las calles de la ciudad de Huánuco, generando el colapso del desagüe y del drenaje pluvial. Todas estas calles nos daban una buena idea de los sucedido en San Juan de Lurigancho en Lima, aunque en circunstancias distintas, donde el desagüe anegó muchas viviendas y causó tremendos daños materiales. Otras zonas que también reportaron emergencias, fueron Las Moras, Tomayquichwa, Churubamba, Huariaca, entre otras.
Son muchas las zonas sensibles y consideradas de alto riesgo que pueden ser activadas por las lluvias en estos meses, sin embargo, los vecinos poco o nada hacen para protegerse. Normalmente se espera que las autoridades lo hagan por nosotros. Estamos mal acostumbrados. Debemos de empezar a tomar acciones por nosotros mismos. Para empezar, deberíamos dejar de tirar desmonte y basura al cauce de los ríos, quebradas y cerros. Somos nosotros mismos las primeras víctimas de nuestra chicha.
Toda la basura y residuos fecales que trajeron consigo los huaicos la noche del domingo, ayer por la tarde se convirtieron en inmensas cortinas espesas de polvo, que no solo terminamos por respirar sino que también, de alguna forma u otra, llegaron a nuestros alimentos.
Sería oportuno convocar a las autoridades para coordinar un trabajo conjunto con los vecinos, donde todos y cada uno colaboren, y no necesariamente con dinero, por el contrario, sino con trabajo manual.