EDITORIAL. Ríos amenazan

Como es común en esta temporada del año, las continuas y persistentes lluvias que azotan la sierra y selva de nuestro país, propician el considerable aumento del caudal de los ríos. En el caso de nuestra región, muchas zonas se han visto seriamente afectadas. Nuestros hermanos de los distritos de San Buenaventura, Cholón y Santa Rosa de Alto Yanajanca, donde se han registrado familias damnificadas y cientos de afectados.

Asimismo, Tingo María diariamente sufre las inclemencias del tiempo y las torrenciales lluvias producen huiacos y deslizamientos y la crecida del río Huallaga que ya inundó varias zonas, siendo las más afectadas el caserío Jacintillo y los barrio Papayal y Brisas del Huallaga. 

Por otro lado, en la provincia de Marañón algunos pueblos están incomunicados, las carreteras destruidas y las maquinarias de los municipios no son suficientes para rehabilitarlas, siendo los productores de frutales los más perjudicados.

Las vías a la selva baja, en la provincia de Pachitea han sido destruidas; los pobladores de las zonas de Codo del Pozuzo, Súngaro, Honoria, y otras localidades, permanecen en alerta roja por temor a la creciente de los ríos.

Recordemos que recién estamos iniciando el año y de acuerdo con la información proporcionada por el Senahmi esta temporada de lluvias sería la más intensa. Por su parte, Defensa Civil ha alertado a los pueblos y sus autoridades a estar vigilantes.

El clima está cambiando y al parecer nosotros, los ciudadanos, no tomamos conciencia de lo que eso significa y sus implicancias. Preocupantemente, 2019 ha sido registrado como el segundo año más caluroso en la historia del planeta; el más caluroso fue el 2016, posiblemente reforzado con el fenómeno de El Niño.

En resumen, mientras sigamos contaminando de manera indiscriminada como lo hacemos todos los días, ejemplo, el uso y quema de fuegos artificiales, solo estaremos contribuyendo al calentamiento global y con ello, a dar origen a cambios sumamente inesperados.

Todos los ciudadanos tenemos la gran responsabilidad de tomar conciencia sobre nuestro medio ambiente; asimismo, nuestras autoridades y líderes de instituciones como la Iglesia, tienen el gran deber de sensibilizar y analizar responsablemente el tema.