Los pueblos exigen cambios, muchas veces hastiados de la impunidad, la corrupción, de la desigualdad y la gran brecha social y económica que cada vez se hace más grande y profunda. Son varios los ejemplos de protestas populares en los países latinos, en algunas, las calles se han convertido en campos de batalla. Piden y exigen cambios, que cesen los abusos, que los gobernantes sean coherentes con sus propuestas de cuando fueron candidatos y dejen de gobernar para los ricos y los poderosos o para obedecer las órdenes de las grandes potencias. En el Ecuador la población se movilizó, en protesta por el incremento de los combustibles, el cual fue subsidiado por el estado por décadas. El pueblo, acostumbrado a pagar un monto irrisorio por el combustible, salió a las calles a exigir se mantenga los precios. Luego de 15 días de revueltas y violencia, el presidente Lenin Moreno retrocedió en su decisión.
Por otro lado, en el país del sur la gota que derramó el vaso fue el alza del costo del pasaje del metro y del metropolitano. Los universitarios salieron a rechazar la medida violentamente logrando hacer recular al presidente Sebastián Piñera. La protesta, sin embargo, es masiva debido a la gran brecha económica donde los pobres son más pobres cada día, y el costo de vida se hace más alto.
En la Argentina hay un descontento general por la fuerte inflación, el alza al costo de vida, no hay comida y todos los días se ven movilizaciones y cacerolazos de la gente pobre contra las disposiciones de Macri, quien también quiere imponer un programa de gobierno según los dictados del FMI para que le de un préstamo. En Brasil el pueblo está luchando contra Bolsonaro por sus medidas ultraderechistas y por su gran desprecio demostrado hacia la Amazonía, el último pulmón de oxígeno del planeta.
Nuestro país no se quedó atrás y el pueblo salió a las calles exigiendo cambios, exigiendo la disolución del corrupto Congreso y logró que el presidente Vizcarra lo haga realidad, y todavía se mantiene en defensa de la Carta Magna, en la medida que el Tribunal Constitucional emita alguna resolución en contra del Estado.
Las protestas y revueltas siempre han sido un arma del pueblo, para hacer valer sus derechos y la historia recoge muchos acontecimientos y ejemplos, como la revolución de 1812, en la que nuestros antepasados proclamaron la independencia del Perú, reclamando los derechos y exigiendo a los abusivos conquistadores que se vayan y eviten los abusos en los impuestos y la explotación gratuita de nuestros recursos.