Editorial. Les niegan la vacuna

El comportamiento de los gerentes de la Diresa podría ser calificado como repudiable, debido a que les negaron la vacuna a los hombres de rojo. Cabe recordar que, los bomberos, al igual que las enfermeras, técnicos y doctores, policías y las fuerzas armadas, también forman parte de los profesionales en la primera línea luchando contra la COVID-19.

Los bomberos también están arriesgando sus vidas y de manera doble, no sólo apagando incendios, sino también ahora con el riesgo de contraer el virus. Ellos, al igual que los profesionales mencionados, abandonan también a sus familias, sus hogares, para salvar vidas y atender a la sociedad día y noche.

No merecen ese desprecio, ese maltrato por parte de las autoridades del sector salud.

Los bomberos vienen solicitando la inoculación desde febrero. Luego de enviar tres documentos y hasta la primera semana de mayo, el director Dr. Segovia les confirmó que la vacuna iba a ser suministrada el viernes siete. Sin embargo, por la tarde los vuelven a llamar para decirles que por orden de Lima, se suspende la vacunación.

Lo que están haciendo realmente es una burla, se supone que esta institución tiene que cumplir con la normativa que indica que los que están en primera línea tienen prioridad de ser vacunados.

Entendemos que la Diresa es la responsable de la programación respectiva y de la distribución de la vacuna en todo el departamento. Para bien o para mal, la ansiada vacuna se ha vuelto un producto necesario para salvar la vida. No hay excusa alguna para discriminar  a ningún sector, ni a ningún ciudadano por esta vacuna.

Esperemos que los encargados cumplan con los hermanos bomberos, hombres y mujeres que cumplen un rol sumamente importante en esta colectividad.

Los hombres de rojo deberían ser vacunados inmediatamente, vacunas hay. No seamos mezquinos con ellos, es muy probable que eso sea el sinónimo de un personaje que llega al poder y se vuelve intolerante y hasta traidor con los intereses del pueblo.  Penosamente, Huánuco tiene muy mala suerte con sus autoridades, por lo general, se emborrachan de poder desde mucho antes de asumir el cargo y se olvidan de cumplir todas sus promesas para con la población. Afortunadamente, ya les falta un año de gobierno.